Sing viene mejor que Moana

Sing y Moana son los dos estrenos animados más importantes de este verano y es interesante ver como anduvo cada una en sus performances. Por ahora lo que se puede comparar simplemente es el primer fin de semana de cada una. 

Sing se estrenó el jueves 5 de enero y vendió 242.000 entradas en sus cuatro días normales. Moana se estrenó el jueves 19 y vendió 226.000

Pero hay dos detalles que demuestran que Sing tuvo más fuerza

• Se pre estrenó el lunes 2 de enero y así se mantuvo por tres días donde vendió casi 100.000 entradas, por lo que le podría haber sacado algo de fuerza en los días normales de proyección, pero no, o al menos logró vender más que Moana.
• Sing tuvo 327 pantallas reportadas con 738 de promedio. Moana tuvo 355 reportadas y logró 636 de promedio.

Quizás el promedio más alto de Sing fue por la "falta de acuerdo comercial" entre Universal y Cinemark lo que llevó a que la cadena la estrenara en sólo una sala por complejo y en 2D. Eso provocó que el promedio de cada una de las salas de Cinemark y Hoyts fuera altísimo. Como ejemplo el Hoyts Abasto vendió de Sing en cuatro días 4.453 entradas según reporta Ultracine. 

¿Y cómo le fue en Estados Unidos?

Moana se estrenó en noviembre, llegando casi dos meses tarde a la Argentina y según Box Office Mojo lleva recaudados 236 millones de dólares. En tanto Sing se estrenó dos semanas antes que en la Argentina y lleva 249 millones de dólares. 

Si bien la diferencia es poca, claramente ganó Sing porque aun le quedan mejores semanas de proyección, pero parece que en la Argentina la diferencia será mayor a favor de Sing, aunque con Disney nunca se sabe y puede ser que se mantenga firme por bastante tiempo y así lograr buenas ventas en el acumulado. 

El día del estreno Moana vendió más que Sing en nuestro país, pero eso no se pudo ver en el resto de los días. Habrá ver que pasa si toca un fin de semana de lluvia o al menos con bajas temperaturas y así Moana recupera un poco las ventas perdidas.

Pero esto si indicaría un desgaste de la película con su llegada de dos meses tarde a la Argentina lo que logró que los manteros, subsidiados o no, la tuvieran mucho tiempo antes en la calle que en el cine.