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Martin Scorsese en el pasado hizo un peliculón maravilloso titulado El Último Vals (1978), donde describió la historia de The Band, un tremendo grupo de rock country que era más conocido internacionalmente por ser la vieja banda de Bob Dylan.
El director retrató el concierto de despedida de estos muchachos al mismo tiempo que presentó excelentes entrevistas a los músicos que contaban su historia. Un film que adoro y nunca me aburro de ver, aprovecho para recomendarlo.
En el 2005, el realizador de Los Infiltrados presentó No Direction Home, otro laburo brillante en el género documental que se enfocó en el ascenso a la fama de Bob Dylan. Un film mucho más introspectivo que El último vals, que reveló muchas cosas interesantes de Bobby, quien es un artista muy misterioso.
Con Shine a Light tomó un rumbo diferente y en lugar de hacer un documental sobre los Stones lo que presenta el director es un concierto filmado para el cine. Querés conocer la historia de la banda, comprate una biografía.
La mejor opción es “The Rough Guide to The Rolling Stones”, de Sean Egan que es la obra más completa que se puede conseguir en una librería. Cubre desde los comienzos del grupo hasta la actualidad, las canciones, los escándalos, la vida personales de los músicos, en materia de biografía es lo más!
Ahora bien, eso no lo vas a encontrar en la película de Scorsese que en mi opinión es una celebración de la música de los Stones.
¿Que diferencia hay entonces con Let´s Spend the Night Together (1983), que también fue
un concierto filmado?
La dirección de Scorsese.
Shine a Ligth es lo más cercano que el hombre común podrá estar en su vida junto a los Stones arriba de un escenario.
No vas a vivir los temas de cerca, vas a estar con ellos. Es más, si te sabés los acordes de los temas y te gusta soñar despierto vas a tocar con ellos!
Podés bailar con Mick Jagger., tocar un solo junto a Keith o seguir los compases de Charlie al lado de la batería.
Eso es lo que logró Scorsese, disfrutar de un concierto desde el escenario como si estuvieras ahí realmente. Sencillamente reunió a los Stones y los dejó ser los Stones. Un trabajo similar a lo que hizo Jonathan Demme (El Silencio de los Inocentes) con Neil Young en el no menos excelente film Heart of Gold (2006).
A lo largo de la película se pueden ver segmentos con material de archivo impresionante que complementan los números musicales. Lo mejor es un video que recopila todas las huevadas que el periodismo le preguntó a la banda en las últimas décadas. Es brillante y de alguna manera explica porqué Scorsese no entrevistó a los músicos para Shine a Ligth.
Lo más importante que tienen para decir los Stones lo hacen a través de la música.
La lista de temas de la película es genial y hay de todo, desde los clásicos infaltables hasta algunas rarezas que yo nunca había escuchado en vivo. Ni a palos la voy revelar en este comentario para no arruinar la sorpresa.
Los tres duetos con invitados también son tremendos y sobresalen Jack White III (Para mí la gran esperanza del rock joven) y Cristina Aguilera, quien realmente sorprende con su interpretación. No me gusta la música pop pero reconozco que la chica tiene una voz impresionante y con excepción de Alicia Keys, ninguna de sus colegas que laburan el mismo género que ella le llega a los talones.
El mejor momento de Shine a Light es el dueto de los Stones con el Maestro Buddy Guy, donde interpretan el clásico de Muddy Waters “Champagne and Reefer”.
Si sos amante del blues se te va a escapar un lagrimón al final de ese tema por lo que hace Keith Richards cuando termina la canción. Su gesto se puede resumir en dos palabras: RESPETO y GRATITUD.
El blusero que lea este comentario y después vea la película (o viceversa) va a entender claramente lo que digo.
No puedo dejar de mencionar que los primeros 10 minutos, que tienen que ver con el backstage del show son fabulosos y por momento uno se llega a preguntar, sino estará guionado al propósito. Los músicos vuelven loco al director con la lista de tema que se la entregan minutos antes de que comience a filmar. Muy gracioso.
En fin, Shine a Light es una de las grandes experiencias de este año en el cine y la recomiendo. Gracias Martin por la fiesta!