Entre la vida y la muerte

Appaloosa es la segunda incursión de Ed Harris en la dirección, después de Pollock, el drama biográfico que el actor hizo sobre el famoso pintor en el 2000.
En este caso se desenvolvió prácticamente como el hombre orquesta, ya que además de protagonizar, escribir y producir esta historia, participó de la edición e inclusive compuso un tema para la banda de sonido que canta en los créditos finales.
Este western no ofrece nada nuevo que no se haya visto antes, pero como definió correctamente Harris en el estreno de la película “es una de cowboys para divertirse”.
El film es un drama con bastante suspenso que se concentra más en las tribulaciones de los protagonistas que la acción.
Por este motivo se encuentra muy lejos de poder superar a la joya de Kevin Costner, Pacto de Justicia (2004) que combinó estos elementos a la perfección.
El tiroteo final que dirigió Costner es una de las mejores secuencias de acción realizadas en lo que va del siglo 21. Una obra maestra en materia de tiros, que tal vez sólo podría igualar Michael Mann.
Appaloosa funciona muy bien gracias a que la trama presenta de entrada a los villanos de manera contundente.
Los productores de cine deberían convocar más seguido a Jeremy Irons para hacer de asesino porque es genial. La presentación de su personaje es fabulosa ya que inicia el clima de tensión que se va a desarrollar a lo largo del cuento.
Eso es lo que me gustó de este western. El director creó un pueblo donde en cualquier momento parece que se pudre todo y la tensión se percibe en el ambiente.
Con Una historia Violenta, Promesas del Este y Appaloosa, Viggo Mortensen atraviesa el periódo más fructífero de su carrera con actuaciones formidables.
En este caso su personaje no habla demasiado pero se la pasa expresando cosas a través de las miradas. Viggo tiene muy buenos momentos junto a Harris, que se destacan también por el guión que brinda algunos diálogos fantásticos.
También hay que destacar el personaje que hace Renée Zellweger ya que no interpreta al clásico personaje femenino de este género. En el western historicamente las mujeres siempre fueron prostitutas, amas de casa sacrificadas o pianistas. Blanco o negro. En ese sentido el personaje de Renée es bastante atípico ya que no se estanca en ninguno de esos perfiles. No quiero adelantar nada de la trama, pero esta bueno resaltar que la actriz tuvo un rol distinto que no es muy común en este estilo
Harris tiene razón. La película es una buena historia de vaqueros para pasarla bien el cine con un espectáculo muy bien realizado.