Me encanta el cine Gaumont, lo siento como algo nuestro, para poder ver nuestra rica cinematografía. Lástima que en la sala grande haya cambiado la vieja pantalla cóncava de SuperCinerama (inaugurada el 1/1/1965, con "El mundo está loco, loco, loco, loco") y hayan puesto una plana y mucho más chica. Era un espectáculo aparte cuando se abrían los grandes cortinados para dar lugar a la proyección. De todos modos es una de las salas más hermosas que quedan en Buenos Aires. Besos. Elodie.