en la Web
Voy a hablar de alguien que ya no está en la industria del cine en la Argentina. “No se habla de los que no están presentes” se suele escuchar en reuniones familiares. Acá es necesario hacerlo.
Pablo Lundahl trabajó en el Hyatt cuando abrió en la Argentina. Ya no recuerdo si es leyenda o verdad que fue botones inicialmente.
Él quería aprender en el negocio hotelero porque le gustaba y no había mejor forma que comenzar de esa manera según su criterio. “Era el chico estrella” lo definieron algunos excompañeros en el hotel que casualmente hoy trabajan en otras cadenas de cine.
Esto no será una biografía ni mucho menos, así que me salteo hasta que lo conozco como responsable de Village, en ese entonces una empresa australiana.
Él estuvo a cargo de Village cines durante muchos años. Cuando los australianos deciden irse del país, vendieron la empresa a un fondo de inversión. Vendieron todo… menos a Lundahl. Se lo llevaron a Australia a manejar cines en su propia tierra. Un argentino estuvo manejando una de las empresas de cines más grande del mundo.
Después de un tiempo en aquel país, adonde viajó con toda la familia (4 hijos varones), decidió volver a la Argentina para que su familia crezca acá.
Cuando el fondo Linzor compró Hoyts General Cinema hace tres años, buscaron a alguien que conociera bien el negocio más allá de los números. Entonces lo llamaron a él y le dieron vía libre para hacer crecer la compañía. Le dieron el puesto de CEO de la empresa.
Sus competidores dicen que a Pablo le gusta el “quilombo”, le gusta figurar, no puede no hacer ruido. Pero él hizo lo contrario a muchas personas o empresas que hacen un “para que vamos a cambiar esto si vamos bien” o lo que es peor “a mi me pagan para hacer solo esto”.
Así fue que Hoyts pasó moverse y a hacer ruido desde el comienzo. La meta era que la gente comenzara a asociar la palabra cine con Hoyts. “Vas al cine, vas a Hoyts” no fue un slogan tirado al tuntun.
¿Cuál era el fin de esto? Bueno, básicamente eran dos, el primero mejorar las ventas y la participación en la torta de la industria, y por el otro lado, como consecuencia de esto, era mejorar su valor para la futura venta de la empresa. Eso siempre estuvo claro.
Como quien compra un depto a reformar, lo arregla, lo deja lindo, y lo vende por mucho más de lo que lo compró. Tipo que compra a 60 y vende a 170...
¿Qué hizo Lundahl desde entonces para el primer fin?
- De llamarse Hoyts General Cinema, pasó a ser Hoyts, estimo que para hacerlo más amigable.
- Lo pasó a tareas pasivas a Pochoclín
- Pasó a numerar las butacas de todas las salas… como casualmente tiene Village donde él estaba.
- Eliminó los días Lunes a Miércoles con un leve descuento, para pasar solo a los Miércoles con el precio a la mitad para todo el mundo. Él sabía que los lunes y martes la gente iba mayormente con descuentos, por lo que la cifra de espectadores no bajaría… y de hecho no bajó.
- Con la implementación de los miércoles a mitad de precio, buscaba a un público que no estaba yendo al cine y básicamente asociar mitad de precio con Hoyts. Psicológico pero efectivo. Hoyts comenzó a mejorar su participación notablemente por sobre el resto.
- Llevó de lleno a la empresa hacia internet. Viendo lo que pasaba en el mundo, decidió darle un impulso fuerte al desarrollo en internet. Primero con la venta directa con un valor menor que el de la boletería.
- El argentino es reacio a usar la tarjeta de crédito en general, fundamentalmente por la falta de educación financiera por un lado, y por el historial de los bancos en el 2001 con el corralito y otras pérdidas que perjudicaron la bancarización. Viendo que esto no terminaba de arrancar, decidió adaptar todo a que la gente pudiera reservar las entradas para luego pagarlas en el cine mismo. Así captaba a los que no querían meter una tarjeta de manera online, o los que simplemente viven 3 décadas atrás y les gusta tener el dinero en efectivo en la mano. Por esto Hoyts mejoró mucho la compra previa, pasando a tener en algunos complejos, una compra/reserva del 50% de las ventas del total de ese cine.
- Con la venta y reserva anticipada, Hoyts, y cualquier cine que lo utilice, logra condicionar al espectador a que vaya si o si a su cine. Le mete el impulso en la propia casa del espectador.
- Terminó el contrato con FilmSuez, quienes manejan la publicidad en pantalla de casi todos los cines de la Argentina. Puso un departamento propio para comercializar directamente ellos estos espacios, con la suma de la digitalización y así bajar los costos de llevar una publicidad a la pantalla.
- Pero Lundahl también hizo otras cosas dentro de la empresa, de las que no se ven. Hizo un importante trabajo en RRHH. Hace dos meses que ya no está en la empresa, y no hay persona con la cual he hablando dentro de Hoyts que no lo extrañe. ¡Alguno debe haber! Pero he hablado con gente de muchos puestos, y todos extrañan al “rubio”, como le dicen. En Córdoba me dijeron que lo que aprendieron con él en los últimos dos años, no lo aprendieron en los 10 previos. La visión comercial, y la autoridad moral, por el conocimiento y el adaptarse a los cambio que tenía, le dieron un fuerte liderazgo. Defendía a su staff y managers a capa y espada, siempre que estuvieran alineados con el objetivo de la empresa para seguir creciendo y valorizándose.
- Pero no era un blando… despidió al Gerente general de un complejo en el medio de una apertura, por no tener éste el compromiso lógico que él requería para el puesto.
- El gerente general de uno de los complejos estaba estudiando para RRHH, por lo que previo a recibirse fue asignado a nuevo puesto de capacitación y al recibirse fue nombrado responsable de RRHH de la empresa. El nuevo gerente de operaciones, que fue nombrado después que asumiera Lundahl, tuvo el tiempo disponible para poder seguir con sus estudios de abogacía. Esto no es común en la mayoría de las empresas y menos en las de servicios.
- Hubo varios viajes con todos los equipos de decisiones y de los gerentes de los complejos para formar un grupo sólido.
- El tipo tenía un blog! Contestaba desde su twitter a sus clientes! Se metía en el Facebook de la empresa para ver que decían sobre los cambios o ver que opinaban de las películas. Resolvía directamente quejas. Leía los comentarios de los lectores de esta web!! Y manejaba la empresa de cines más grande de la Argentina… y mal no lo hizo.
- Es un enfermo del laburo… está claro. En su oficina tenía dos computadoras, una en general y otra donde mayormente estaba siempre abierta Ultracine, para ver los números propios y los de la competencia.
- Hubo un gran contraste entre los primeros meses de su llegada y lo que sucedió luego de su partida. Fue muy resistido por los viejos empleados de Hoyts al comienzo, pero esos mismos son los que dicen que lo extrañan. Eso no pasa en la Argentina muy a menudo precisamente.
- Pero no todo era amor y armonía para Lundahl. Logró que el Club La nación sacara a Showcase de sus beneficios. Dicen que es la primera vez que La nación aceptaba presiones y lograba darle exclusividad a una empresa. Pero Hoyts no pidió que sacaran a Village o Cinemark. Solo Showcase… por lo mencionado en la otra nota: Están siempre juntos, salvo en Salta (Hoyts) y en Rosario (Showcase). De Club La nación se quejaron por debajo, pero cedieron. Así Hoyts logró sacarle una promoción importante a su principal vecino. ¿Está bien? ¿Está mal? También dicen que en el nuevo club de beneficios de Clarín, copiado del que tiene La Nación el primero en entrar fue Hoyts, con la misma condición… que no entre Showcase. Y parece que así también fue el acuerdo.
- Hoyts en los últimos años tiene un ticket promedio de un 10% más bajo que el resto de las cadenas, y eso es por su cantidad de promociones. Algunos en la industria se quejan, pero eso ayuda que más gente vaya al cine. Y las distribuidoras se benefician en mayores ventas. A la larga a ellos les importa la facturación, no cuanta gente compra las entradas.
- Lundahl siguió pensando en el espectador en varios aspectos, contrató personal femenino de “tías y abuelas”, como ya lo había hecho en Village, puso máquinas automáticas, puso anfitriones para lograr educar a la gente en el uso de las ATM, combos de parejas o de familias combinando entradas con combos de productos, etc, etc. Todo facilitando la llegada al cine de los espectadores.
Él veía muchas películas antes de los estrenos y se metía en la programación de las mismas. Apoyó con mayor cantidad de copias a muchas películas, no estrenó en sus salas algunas películas chicas, y levantaba antes del tiempo esperado por las distribuidoras a otros títulos.
Se ganó varios enemigos en la distribución, y ahora excompetidores dicen que la presión del INCAA de los últimos meses “es por culpa de Lundahl”. “El llevaba 6 copias de Harry Potter a un complejo, yo no podía hacer menos”… Lundahl también fue un excelente chivo expiatorio, queda claro.
De nuevo va la autopregunta de arriba: ¿Estaba bien? ¿Estaba mal? A él lo contrataron para que un negocio funcionara, y de eso se ocupó.
Su punto más alto de exposición fue cuando era la pelea entre UIP y Disney con Shrek 4 y Toy Story 3 en el invierno del 2010. No aceptó las condiciones de la primera para seguir proyectando Shrek en 3D, por lo que se levantó de todos los Hoyts en ese formato. No devolvió las copias 35mm y por eso pudo seguir. Ahí UIP perdió mucha plata indudablemente.
Pero ahí cumplió con su palabra de respetar a Disney que había ido con la fecha en simultáneo de Toy Story, y no a UIP que regionalmente había decidido poner a Shrek dos meses después del estreno en USA. Eso también seguro le generó algo de pérdida a Hoyts.
Esto además tuvo una consecuencia muy ridícula: lo echaron de una sala de cine!!! UIP trajo al responsable de Dreamworks, don Jeffrey Katzenberg , y no lo invitaron. En estos eventos siempre se invita a todos los exhibidores. Y todos los cines recibieron las invitaciones para distintos puestos, pero a Hoyts solo llegaron para algunas personas.
Como seguramente era un error esta omisión, Don Lundahl fue a la sala para ver que presentaban. ¡¡¡Y llegó a entrar a la sala y todo!!! Pero no comenzó la presentación… mandaron a alguien a decirle que se tenía que retirar. Él no era bienvenido.
Así fue que se retiró para que empezara la charla.
De no creer. Pero esto es la mejor demostración de los odios y celos que generó. Y hubo muchos casos menores similares.
Vuelvo al título del artículo “perdimos a Lundahl”
Obviamente Hoyts no era solo Lundahl. Conozco a muchos dentro de la empresa.
Laurita Najlis la responsable de marketing, llegó junto con el fondo de inversión un par de meses antes que Pablo. Es una máquina de laburar. No tiene la camiseta puesta… puso una fábrica de remeras, pantalones y medias que dicen Hoyts…
Caro Almozny existe en Hoyts desde antes de Pochoclín… y es el ejemplo de que se puede seguir motivado pese al paso del tiempo y en este caso del cambio de dueños que tuvo la empresa. Es la responsable de eventos, y con ella Hoyts no paró de hacerlos…
Matias Lopez en Operaciones, Roberto Acosta en RRHH los nombré arriba. Gente muy metida en la empresa y respetada por sus compañeros. Y buena gente.
Hice avants en todos los Hoyts del país, salvo en Moreno todavía… conozco a casi todos los gerentes y se nota un trabajo en conjunto. Todos tirando para el mismo lado.
El área de programación con Christian Bozicovich y Rocio López han sido muy amables y respetuosos con quien escribe y han programado las 3 películas de cinesargentinos. Saben y es muy agradable charlar con ellos para saber que piensan de los estrenos que vienen y las predicciones de donde van a funcionar o no.
¿Pero es toda gente maravillosa? ¿Entonces para que necesitamos a Lundahl?
Bueno… ya no está. Da lo mismo. Pero él ayudó y mucho. Pero era un motivador, y siempre es mejor trabajar con alguien que enseña, guía y dirige.
Que quede claro algo. No todas las empresas de cines tienen que ser como lo que fue Hoyts.
Hay empresas conservadoras, como lo son Cinemark y Showcase por ejemplo, ambas norteamericanas. También tenemos a Village que está viendo para donde ir en estos momentos, y estaba Hoyts haciendo ruido.
Además están todas las empresas 100% argentinas, que hacen todo a pulmón, pero que están atentos a los que hace el resto. Por suerte en los últimos años hubo una creciente profesionalización en el marketing y programación de las mismas, y si a eso le sumamos la digitalización que están teniendo se va garantizando la oferta cinematográfica
El ruido que Hoyts generaba que la gente le prestara atención al cine y de rebote ganaron todas las empresas de cine.
Este 2011 si no es el récord de los últimos 20 años en los cines de la Argentina, pega en el palo. Se superará por segunda vez la marca de los 40 millones de entradas.
Y eso no es casual.
¿Y ahora quién va a hacer ruido?
¿Quién va a seducir a los espectadores para que vayan a los cines? ¿Quién va a fomentar la competencia y buscar nuevos servicios para los espectadores? Esa es mi preocupación.
Ojalá vuelva Lundahl a alguna empresa de cines, o una distribuidora o a lo que sea relacionado con los cines. Pero no es necesario 100%. Todos somos reemplazables.
Lo fundamental es que alguien aprenda de lo que pasó en los últimos 3 años en los cines de la Argentina. Que analice porqué creció tanto la industria, al mismo tiempo que la piratería no paró de crecer.
No hay que tener todos los cines como Hoyts. No todos los cines tienen que tener la misma programación. La prensa o algunos productores del cine nacional creen que es así. El INCAA mismo siempre va en contra de los cines en bloque.
Hace poco le pregunté a un programador, porque había crecido tanto su complejo de Capital Federal… “estoy programando con los huecos que deja Hoyts” me dijo. Estaba captando al otro público con las otras películas. Programador inteligente, para un público inteligente e informado. Mucho más que algunos distribuidores que quieren que todos los cines pasen lo mismo.
Por suerte hay muchas empresas de cines en Buenos Aires y se terminó la dictadura que llegó a los 90 donde solo dos empresas manejadas por “Coll-Saragusti” y la SAC decían que iba y que no. Es difícil decir cuáles eran los cines de cada uno, pero casi todos los existentes eran de uno de esos dos grupos.
El INCAA todavía vive en ese época, muchos medios no entendieron los cambios, a los productores y realizadores no les enseñan en las universidades sobre “industria del cine” e incluso dicen que es mala palabra.
Recuerdo hace un año una nota que decía que había muerto el cine de autor… este año Woody Allen superó los 500.000 espectadores. Se estrenó un documental sobre una coreógrafa alemana en 3D… En el 2010 una película argentina chiquita como El hombre de al lado o un delirio como Pájaros volando superaron los 100.000 espectadores.
¡¡Hay una industria de cine en nuestro país!!
Hace falta gente que entienda todas las etapas. Que hay películas extranjeras para determinados lugares y otras para determinados públicos. Que hay películas argentinas con gran potencial y otras que solo fueron hechas para robar subsidios.
Hace falta gente que entienda todo esto.
Lundahl era de los pocos que lo entendía y ocupaba un lugar para mover todo eso.
Muchas veces escucho decir que Apple no inventó nada con el iPhone. Todo lo que tiene ya existía previamente y es verdad. Pero lo hicieron más fácil y amigable. Ven todo desde el lado de los usuarios y por eso revolucionó el mercado de los teléfonos.
Acá pasó lo mismo. ¿Inventó los miércoles a mitad de precio?? ¿Las butacas numeradas? ¿Las promociones? Ya existía todo eso.
Ojalá en el 2012 pueda hablar de crecimiento, de nuevos cines, de películas argentinas que conquistaron al público, de distribuidores que encontraron bien su fecha y sus salas, de que el INCAA no entorpece el desarrollo de la industria y de que los cines siguen seduciendo a los espectadores para que vayan a ver las películas a los cines y no arruinen la experiencia de manera pirata.
Necesitamos cines con Android!!!! ;)
Ojalá algunos de los que odiarán esta nota dentro de las empresas relacionadas al cine, hagan cosas más allá de su comodidad y mantenimiento del status quo. A muchos les cuesta.
El cine cambió en los últimos años, y para el 2013 o 2014 no tendrá nada que ver con lo que hoy pasa. Se viene una revolución cinematográfica en el mundo.
Necesitamos gente que se adapte a estos cambios, y eso es lo que parece difícil para muchos.
Perdimos a Lundahl. Pero no es para llorar. Es para rearmarse y seguir tirando para adelante.
