La leyenda de Ochi

La leyenda de Ochi es una gran película familiar producida por AGBO la compañía independiente de los Hermanos Russo.

Los realizadores que vienen de ofrecer el bodrio de The Electric State no estuvieron involucrados en la realización y por eso supongo que salió bien.

La dirección y guión del proyecto quedó a cargo de Isahia Saxon, responsable del excelente videoclip de Bjork, Wanderlust, que tomó como inspiración las obras clásicas Disney y Hayao Miyazaki.

Su ópera prima es una propuesta nostálgica que trae al recuerdo las películas de aventuras y fantasía para chicos que primaron en la década de 1980.

Ochi toma su influencia de clásicos como E.T., La historia sin fin, The Dark Crystal y muy especialmente Baby, el secreto de la leyenda perdida.

Por momentos parece evocar también el cine live action que ofreció Disney bajo la administración de Ron Miller, entre 1980 y 1984, un período en que el estudio se animó a tomar riesgos artísticos.

Helena Zengel (News of the World) encarna a la heroína de este relato, quien emprende una peligrosa aventura en la isla de Cárpatos para reunir una criatura fantástica con su familia.

A partir de esa premisa se desarrolla un relato que combina los típicos conflictos del coming of age con las temáticas ambientales, donde reaparece la influencia de Miyazaki.

Una particularidad notable de esta producción es que rescata la artesanía de los viejos efectos prácticos realizados con marionetas.

A diferencia de los pastiches digitales que solemos ver en la actualidad, el bicho en este caso se siente real y no parece en absoluto un muñeco electrónico.

Una elección artística que eleva la nostalgia por las nubes ya que Ochi además evoca el tipo de espectáculo que podríamos haber encontrado en el video club en 1987.

En los aspectos técnicos sobresale especialmente la fotografía y banda sonora que contribuyen a ambientar de un modo especial el folklore mitológico del cuento. 

Queda la duda si el film conectará con la generación hiperquinética de Tik Tok, ya que el director evade el contenido de estupidez que prima en el cine familiar de estos días.

Saxon opta por una narración pausada que excluye los chistecitos tontos y sumado al hecho que la protagonista no habla durante buena parte de la trama el tono de la propuesta podría representar un problema para algunos espectadores.

Tampoco ayudan las excéntricas  intervenciones de Willem Dafoe y Emily Watson en roles secundarios que expanden el contenido lisérgico del argumento.

En lo personal me gustó por la pasión con la que abraza la fantasía retro y su amor devocional por el arte de Jim Henson, sin embargo comprendo que haya gente que le pueda resultar aburrida.

Si Minecraft te parece un buen exponente de cine tal vez La leyenda de Ochi no sea para vos.

Para los espectadores de más de 30 años, especialmente a quienes les gustan las cosas raras, vale la pena darle una oportunidad.