Teléfono Negro 2

El director Scott Derrickson y Ethan Hawke regresan para consolidar al Grabber entre los villanos más atractivos que surgieron en el cine de terror en los últimos años.

Si hay una virtud para resaltar de este film es que no presenta la típica continuación genérica de la productora Blumhouse y al menos hace el esfuerzo de proponer algo diferente.

La paradoja de esta cuestión es que ese enfoque que escogió Derrickson resulta un arma de doble filo, ya que mucha gente que disfrutó el film previo podría quedar decepcionada.

Nos encontramos ante un caso similar a lo que ocurrió con la segunda entrega de M3GAN, donde la trama se alejó de la premisa original para explorar otros géneros.

Si bien la obra de Derrickson no evade la temática de horror, en esta oportunidad se aborda desde una perspectiva diferente.

La influencia de Wes Craven y Don Coscarelli en Black Phone 2

El Grabber todavía resulta inquietante, gracias a una sólida interpretación de Ethan Hawke, con la particularidad que ahora amplió su campo de acción.

En esta continuación Derrickson optó por expandir los elementos sobrenaturales del relato y el villano acecha a sus víctimas en los sueños.

Por consiguiente, el contenido de terror se enfoca más en momentos oníricos que traen al recuerdo escenas recordadas de la saga Pesadilla y la subestimada Phantasm.

Los seguidores del género identificarán con claridad la influencia de Wes Craven y Don Coscarelli en las secuencias de sueños que resultan más efectivas en una sala de cine.

Derrickson implementa en esos fragmentos una fotografía granulada que evoca el recuerdo de viejas cintas de filmación y crea una ambientación macabra muy especial.

El tema es que si no estás dispuesto a aceptar esta nueva faceta del villano como monstruo sobrenatural, el espectáculo puede decepcionarte al tomar distancia de la premisa original.

Por este motivo, es muy probable que Black Phone 2 divida las opiniones en el público.

Más allá de la labor de Hawke, el reparto presenta muy buenas interpretaciones de Mason Thames y Madeleine McGraw, quienes tienen la oportunidad de explorar una versión más madura de sus personajes.

El trauma que arrastra el personaje de Thames tras los hechos del primer filme juega un rol importante en la continuación y contribuye a desarrollar la trama más allá de los momentos de horror.

Otro detalle para resaltar es que la película consigue incorporar algunos elementos humorísticos que están muy bien trabajados sin que distorsionen el tono sombrío del relato.

Aunque el nuevo perfil de Black Phone 2 no termine de convencer a todo el mundo, el director Derrickson al menos ofrece un film decente que no se limita a copiar la obra original. 

Todo un mérito para un producto de la compañía Blumhouse.