Un buen ladrón

Un buen ladrón recrea en el cine el curioso caso de Jeffrey Manchester, un exsoldado estadounidense que utilizó sus habilidades militares para robar locales de McDonald’s.

A fines de los años 90, tras ser detenido por la policía, se escapó de prisión y vivió varios meses escondido en una juguetería, donde sobrevivió gracias al consumo de golosinas y comidas para bebé.

Una curiosidad de esta crónica policial es que la huella dactilar que permitió su identificación fue hallada en una caja de DVD de la película Atrápame si puedes, de Steven Spielberg.

Es importante destacar que la campaña engañosa de marketing tiene poco que ver con el contenido real del film de Derek Cianfrance (Blue Valentine).

Tanto el afiche como el modo en que editaron el tráiler venden una típica comedia disparatada con Channing Tatum, cuando en realidad se trata de un drama con tintes policiales.

Si bien hay escenas graciosas que resaltan el absurdo del caso, en la narración prima un tono más introspectivo.
Cianfrance no condena ni justifica las acciones del delincuente: se enfoca en retratar las circunstancias que llevaron al protagonista a emprender ese camino.

Este enfoque le permite a Tatum explorar el rol con diversos matices, en lugar de anclarlo en la sátira.
Su labor es estupenda y resulta beneficiada por la excelente química con Kirsten Dunst, quien aporta el componente emocional dentro del relato.

Tal vez no sea la propuesta desopilante que intentaron vender los avances, pero si te interesan las crónicas policiales basadas en hechos reales, es una película amena y curiosa para tener en cuenta.