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Seguramente si ya viste un documental de Michael Moore,
querrás ver este, y si te gustaron Bowling o Fahrenheit
también disfrutarás este.
Comienzo la crítica hablando de la película,
de cómo se hizo y como está narrada. Quisiera
destacar que a Moore muchos le pegaron por lo que consideraban
un excesivo protagonismo en las películas anteriores,
y como no es ningún tonto, en esta les tapa la boca…
recién el aparece con su clásica gorrita a los
50 minutos de la proyección…. Obviamente toda
la narración es de el, pero su imagen se hace esperar.
La estructura es la misma que la de Bowling, el plantea un
problema, mostrando los hechos que hacen nacer la investigación.
En este caso es sobre los sistemas de obras sociales en Estados
Unidos que por lo que muestran, hacen parecer a los nuestros
del primer mundo… Luego muestra que pasó cuando
alguien intentó cambiarlos y pasando la mitad de la
peli, sale de viaje al mejor estilo Jason Bourne a una ciudad
de Canadá, a Londres, a París y en lancha “se
escapa” a Cuba.
Esos momentos de descubrimiento, son maravillosos
Moore sabe hacer entretenido un documental sobre el sistema
médico en Estados Unidos… y si bien nos puede
parecer un tema ajeno, sirve para entender muchas cosas no
solo del mundo en general, si no para estar más atentos
a nivel local.
Quisiera destacar que en un par de escenas el subtitulado
no existe o llega tarde y se come ciertas palabras…
una lástima
En cuanto a la historia y como se filmó, se nota un
gran crecimiento desde Bowling, ya que tiene mejor manejo
de cámara, está filmada con gran calidad y su
edición es mucho más avanzada que aquel brillante
documental ganador del Oscar, que nos hizo conocer a este
masificador de documentales, que tan bien le ha hecho al género
en la pantalla grande
Quizás podría haber durado 15 minutos menos,
pero se compensa con los últimos 15 minutos, que son
en Cuba, donde aparece hasta la hija del Che, y son brillantes
Sicko de Moore… nuevamente vale la pena ver en un cine
un gran (y entretenido) documental