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Están entre nosotros fue una propuesta de terror tailandesa decente. No era un peliculón, pero estaba bien narrada con muy buenos climas de suspenso, que por lo menos lograba que uno se enganchara con el misterio que planteaba el conflicto.
Además tenía buenos “momentos de susto” y la escena final, que sigo insistiendo, para mí es fabulosa, sobre todo por el hecho que no daba lugar a una secuela.
La remake hollywodense es una payasada que no tiene explicación. Sinceramente no termino de entender cúal es el negocio de refritar una película burdamente que no tiene más de cinco años de existencia sin aportarle nada original. Si por lo menos fueran éxitos de taquilla tendría sentido, pero tanto El ojo del mal como este film fueron un fracaso en lo que se refiere la recaudación en los cines.
Imágenes del más allá fue dirigida por el realizador japonés Masayuki Ochiai (Infection) y producida por Taka Ichise, responsable de todos los bodrios de El Grito.
En una entrevista Ichise comentó que Están entre nosotros no se puede identificar con la cultura norteamericana y japonesa, porque el film original fue hecho en Tailandia, para la gente de ese país, entonces, decidieron adaptar la historia al estilo de La Llamada para que funcionara mejor en Estados Unidos y Japón.
Justamente lo atractivo de Están entre nosotros tenía que ver con todo lo relacionado con la cultura tailandesa que hacía a la película mucho más atractiva, ya que no tenemos estrenos semanales de ese país precisamente.
La nueva versión no sólo es aburrida, sino que es un desastre desde la realización. Imágenes del más allá es el Festival de los Amagues. Todo el tiempo parece que va a suceder algo terrible y siempre ocurre lo contrario. Los efectos especiales son bastantes pobres para las cosas que se puede ver en la actualidad y no aportan demasiado. El misterio que estaba bien desarrollado en el film original acá es super previsible.
Básicamente lo que hizo el ladri de Taka Ichise es refritar El Grito, pero con cámaras de fotos. A Sarah Michelle Gellar la reemplazaron por Rachel Taylor (Transformers) y listo, concretaron la película.
Es más de lo mismo y justamente el film original se destacaba por contar una historia de fantasmas, pero por otro camino. Reitero no era la gran película, pero era llevadera.
¿Cúal es la diferencia entre este film y el bodrio de El ojo del mal?
Son iguales. No tienen suspenso, carecen totalmente de emoción y los fantasmas aburren en lugar de asustar.
Es una pena que estrenos de terror como Las Ruinas, que tuvo buenos comentarios del público terminen editadas en dvd, y estos bodrios que ni siquiera califican como películas de terror consigan llegar a las salas.
La semana pasada en internet apareció un petitorio para que el director alemán Uwe Boll deje de filmar. Deberían organizar otro para que jubilen de una vez por todas a los fantasmas orientales en el cine, ya que no dan para más.