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Con algunas abolladuras severas en la armadura Iron Man logró dentro de todo vencer a uno de los grandes villanos de Hollywood como es la satánica tercera película de una saga.
Siempre es complicada la tercera entrega de una serie porque por lo general se pierde el foco y se arruinan las cosas buenas que se habían hecho previamente.
Superman lo sufrió en su momento con el protagonismo de Richard Pryor en el film de 1981 y Batman con la incorporación de Robin en el primer trabajo de Joel Schumacher con el personaje.
Ni hablar de Spiderman 3 de Sam Raimi, que decepcionó a muchos, por citar un par de casos.
La tercera película nunca es sencilla y podría referirme a otros géneros también.
Mi balance de este esperado estreno es positivo más allá de algunas cosas que no me gustaron para nada y ahora voy a comentar sin quemarles la propuesta.
Antes quiero mencionar otra cosa.
Shane Black bienvenido a Hollywood otra vez!
El director de esta entrega de Iron Man no es muy conocido de nombre salvo por los fanáticos del género de acción.
Shane fue el creador de dos queridos personajes como los policías Martin Riggs y Roger Murtaugh de Arma Mortal y además escribió El último boy scout, uno de los mejores filmes de Tony Scott con Bruce Willis y esa joya cinéfila, injustamente castigada por los hombres grises de la crítica como fue El último gran héroe, con Arnold Schwazenegger (sí, banco a muerte esa película).
Black debutó como director en el 2005 con un excelente policial negro protagonizado por Robert Downey Jr. y Val Kilmer, Kiss Kiss Bang Bang, que no pasó por los cines argentinos.
Es obvio que terminó dirigiendo Iron Man 3 gracias al protagonista de este estreno que lo recomendó, ya que de otro modo jamás en la vida a los productores de Marvel se les hubiera ocurrido contratar a Black.
No porque sea malo, sino que no es un nombre al que acuden los estudios con frecuencia cuando buscan un realizador.
La verdad que su trabajo en la narración es muy bueno y en esta entrega brinda secuencias de acción espectaculares que están impecablemente ejecutadas.
Shane Black entiende bien la acción en el cine y acá hizo un trabajo fabuloso donde inclusive lleva el conflicto del argumento con más suspenso que los trabajos anteriores de Jon Favreau (muy loco como engordó recientemente).
A nivel técnico Iron Man 3 es genial, pero lamentablemente no puedo decir lo mismo del guión, donde el director también tuvo su responsabilidad.
Mi problema concreto con esta película es lo que hicieron con El Mandarín que resultó completamente decepcionante y bochornoso.
Para que se entienda. El Mandarín es a Iron Man lo que el Guasón a Batman.
En otras palabras, su enemigo más groso que merecía otro tratamiento. Nos referimos a uno de los villanos más importantes en la historia de los cómics de Marvel.
Hace dos películas que se lo venía esperando y cuando finalmente lo incluyeron en la trama uno se encuentra con esto que hicieron y la verdad que no me gustó para nada.
Es complicado porque no puedo extenderme más en esta reseña con el tema.
Simplemente expresar que no puedo comprender lo que quisieron hacer cuando tenían la oportunidad de aprovechar un personaje importantísimo relacionado con esta historia.
O sea, entiendo que el universo Marvel del cine es distinto al de los cómics y tal vez quisieron darle una vuelta loca al personaje, pero me parece que se fueron al demonio con las modificaciones y no funcionó. Por lo menos para mí.
Es raro porque Marvel venía siendo cuidadoso con estas cosas y acá derraparon mal.
Ojalá esto simplemente represente un tropiezo y no signifique el inicio de algo peor en futuros filmes.
Después hay algunos agujeros argumentales en la secuencia final de acción que no cierran demasiado.
El guión es raro y es donde se encuentra la gran debilidad de Iron Man 3.
La trama en este caso estuvo vagamente inspirada en el cómic de Warren Ellis, “Extremis”, que en el 2005 contribuyó a renovar la historieta de Iron Man después de muchos años.
Robert Downey Jr. ya está completamente consolidado con este personaje y jamás podrá ser reemplazado con otra figura. Nuevamente todo el peso de la película cae en su interpretación que brinda muy buenos momentos y lleva la película adelante con su carisma.
Iron Man 3 aunque no está en términos argumentales a la altura de los filmes anteriores presenta un gran espectáculo pochoclero que se disfruta en el cine.