Adiós al lenguaje

Godard es sin dudas el gran provocador. En Adiós al lenguaje crea una avalancha de imágenes, sonidos y palabras, que por momentos es irritante. Se ríe del cine y su lenguaje ortodoxo y a su vez, reflexiona sobre la naturaleza y el hombre. Tal vez mas de uno no resista este experimento cinematográfico y le cueste procesarlo. Pero sin lugar a dudas nos encontramos frente a un repulsivo provocador que sabe muy bien lo que quiere.