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Mentes poderosas es, sin duda alguna, una de las peores películas que he visto en 2018, y tal vez en los últimos tiempos.
Se encuentra agarrada del último hilo que queda de las películas adolescentes situadas en un futuro distópico, que tuvieron buenos exponentes como la saga The Hunger games, y desastres como la última Maze Runner.
Aquí no hay virtud alguna, en ningún campo. Ni en la puesta, ni en las actuaciones, ni mucho menos en el desastroso guión.
La película me pareció tan mala que siento que no le puedo hacer justicia con lo que escribo.
Nos encontramos con monólogos tras monólogos, empastados en secuencias sin razón de ser, con personajes sin motivaciones claras, con vínculos cero creíbles y, lo peor de todo, nos damos cuenta de que es un robo a mano armada a otras producciones, tanto audiovisuales como comics.
No sé cómo será el libro homónimo de Alexandra Bracken publicado en 2012, ni sus ¡cinco! secuelas, pero lo que se puede ver en pantalla es un choreo a: X-Men, Héroes (serie de TV), Los Juegos del hambre (y sus derivados), e incluso Superman II (1980), versión de Richard Lester.
Queda claro que la directora Jennifer Yuh Nelson, quien viene del palo de la animación y estuvo a cargo de las dos secuelas de Kung Fu Panda, no pudo hacer ni la más mínima magia con semejante material.
Amén de eso, tampoco hay ninguna idea cinematográfica clara para el tipo de historia, porque se quiere narrar algo supuestamente épico, pero se usan casi todos primeros planos y/o planos cortos, para saltar luego a grandes planos generales.
Otra cosa que no pega con nada es la música, a cada rato suena un tema pop que no se asocia ni un poco con las imágenes.
En cuanto al elenco, qué decir de ellos... Más allá de los roles muy secundarios (casi cameos) de Mandy Moore y Gwendoline Christie, los protagonistas principales son la nada misma.
No creo que dé para matarlos, no es su culpa, tenían todo en su contra. De hecho, Amandla Stenberg, quien es la protagonista, hizo un laburo bastante digno en Everything, everything (2017), pero aquí no se trasladó eso.
Resumiendo, Mentes peligrosas es un sinsentido en el cine. Tal vez los libros que conforman la saga son otra cosa, y puede ser que los fans encuentren algo aquí, pero serán la excepción. La película es categóricamente mala.