Megalodón 2: el gran abismo

En el 2018 Megalodón consiguió una recaudación de 530 millones de dólares y se convirtió en una de las películas de tiburones más taquilleras de las últimas décadas.

 Un éxito inexplicable ya que ni siquiera sobresalía como una sólida producción dentro de su género.

Por el contrario, en la intención de acercar la propuesta al público familiar las secuencias con la criatura gigante eran demasiado livianas comparadas con las extravagancias clase B de Roger Corman del estilo Mega Shark.

 Megalodón 2 no mejora esta situación y ofrece otro bodrio similar que recién levanta un poco en la media hora final cuando la dirección se entrega al absurdo de la premisa argumental.

Si tenemos en cuenta que esta película tiene una duración de 118 minutos el balance general es decepcionante.

Warner la pifió al delegar la realización en Ben Wheatley, un cineasta independiente inglés que en lo personal me gusta mucho pero por lo general se dedica a hacer otro tipo de cine.

En este proyecto se lo nota claramente fuera de su ambiente y no le pudo encontrar la vuelta al proyecto por la sencilla razón que este género no es lo suyo.

Tres recomendaciones cortitas que vale la pena conocer de este cineasta:

1-Sightseers: Una muy buena comedia de humor negro centrada en la road movie.

2-High-Rise: Thriller distópico con Tom Hiddleston.

 3-Free Fire: Excelente homenaje al cine de acción de los años ´70 con Brie Larson y producción de Martin Scorsese.

En Megalodón 2 le pasó lo mismo que en la fallida remake de Rebecca que hizo para Netflix.

Es decir, tomó un trabajo por encargo relacionado con un género que no le interesa ni entiende y el resultado final por consiguiente es fallido.

Esta película sufre de una severa crisis de identidad y durante la primera hora especialmente no queda claro el tipo de relato que se desea narrar.

El Meg brilla por su ausencia y Wheatley desarrolla una especie de thriller de espías que luego muta a una película genérica de acción con Jason Statham.

Recién en la última parte el director se acuerda que la gente quiere ver una propuesta de bichos gigantes y levanta un poco el tedio.

Statham hace lo mismo de siempre pero dentro del reparto es la figura que más rema el bodrio del argumento y consigue que el espectáculo sea llevadero.

En el último acto el conflicto mejora un poco con la presencia de varios bichos gigantes y un Kraken que parece pertenecer a otra propuesta pero se coló también en la historia.

Otro aspecto decepcionante de esta continuación es que repite los mismos errores de la primera entrega en materia de violencia.

Megalodón 2 es una propuesta que parece tener pánico de mostrar gente masacrada por las criaturas, que es exactamente los que se busca ver en este tipo de relatos.

De hecho, gran parte de las muertes suceden fuera de cámara. 

Cualquier título producido por Corman en los últimos años ofrece momentos más zarpados y viscerales que este estreno que deja sabor a poco.