Háblame

Simple y concreto.

El mejor estreno de terror que pasó por la cartelera argentina en mucho tiempo y que claramente sobresale entre los títulos destacados del 2023.

Hace años que insisto en recomendar el cine de género australiano porque en raras ocasiones defraudan con sus excentricidades.

Algunas pueden ser más notables que otras pero por lo general el espectáculo que brindan suele ser efectivo, en parte debido a que los realizadores de ese país no tienen miedo en tomar riesgos.

Los gemelos Philipou no son la excepción y en los tres minutos iniciales de Háblame capturan tu atención con creces para que sigas con atención el relato que desean narrar.

Danny y Michael son realizadores que surgieron en You Tube, una plataforma que en los últimos tiempos ofreció a través de cortos independientes y fan films espectáculos  más apasionados que las producciones de los grandes estudios.

En el 2014 llamaron la atención con el cortometraje nerd  Harry Potter Vs. Star Wars que cosechó millones de visualizaciones y los puso en el mapa dentro de la industria del entretenimiento.

En esta ópera prima consiguieron un gran debut como realizadores con un material que se aleja de la comedia de horror que suelen trabajar en sus materiales.

La película no inventa nada nuevo que no hayamos visto con anterioridad pero elabora un espectáculo sólido y efectivo en el mismo campo donde fracasaron miserablemente muchas producciones hollywoodenses.

La clásica premisa con el grupo de idiotas que se ponen a convocar espíritus sin saber en lo que se meten en esta propuesta está muy bien trabajada, gracias a los climas de tensión que crean los realizadores y su afición por los efectos prácticos que no defraudan en absoluto.

Hace rato que venimos notando que muchos materiales de You Tube dentro del género tienen más profesionalismo que los productos de los grandes estudios y en este caso los hermanos Phlilpou supieron aprovechar de un modo impecable la posibilidad de construir una película con un presupuesto mayor.

Háblame tiene excelentes momentos de suspenso, muy buenas actuaciones del reparto juvenil y jump scares tremendos que son orgánicos dentro del relato.

Y como si todo esto no fuera un montón encima consiguen contar la historia en 95 minutos, un problema que encontramos en mucha películas de la actualidad donde se exceden de un modo innecesario con el metraje.

A este film no le sobra una escena y se vuelve atrapante desde el comienzo con la mejor historia de posesiones demoníacas que se realizaron en estos últimos años.

Dentro del elenco, Mirando Otto es la figura más conocida y está muy bien en un rol secundario, pero es Sophie Wilde quien se roba la película con una gran composición  en el rol protagónico.

En resumen, un notable debut de los dementes mellizos australianos cuya carrera será interesante de seguir en el futuro.