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En esta película la música no es un accesorio, es otro personaje y a la vez el hilo que desarrolla las escenas. La perfecta fusión entre música y acción. La cinta es un poco predecible, pero es tan deslumbrante técnicamente y tiene tan buenas actuaciones, que eso pasa desapercibido.

Otra que vi en la Maratón del 2017 y puedo decir que ninguna de la saga me defraudó. Esta cinta es intensa, dramática, sensible e impredecible, sin perder el toque de acción que se busca en una historia de este tipo. Los simios, aunque sean personajes generados por computador, ofrecen actuaciones con múltiples registros. César es uno de esos personajes inolvidables.

es una linda película sobre la afición de los finlandeses al tango, pero pierde estética y narrativamente frente a Tango de una noche de verano, que trata el mismo tema.

Estéticamente es perfecta, pero me parece fría y distante. No ofrece un solo personaje que conmueva. La suerte de los personajes te resulta indiferente. Asume la guerra como un hecho estético y no como un drama social.

Tiene momentos divertidos, pero la historia se pierde al querer abarcar tanto. La trama de los dos profesores enfrentados por su relación con la tecnología daba para mucho más, pero lo mezclaron con drama sentimental y es cuando empieza a hacer agua. No se hace creíble lo que les sucede y los personajes pierden la simpatía que habían despertado en la primera parte de la película. Sin embargo, es para destacar la química entre Giallini y Gassman, que ya habían hecho de pareja dispareja en Si Dios Quiere, una historia mucho más redonda sobre la amistad entre personas con creencias distintas. La interacción entre ellos salva la película.

Es una película muy sencilla en todos sus aspectos, pero cargada de emoción y sensibilidad. Un encuentro fortuito le permite al personaje principal cuestionarse la vida que lleva y plantearse la ilusión de un cambio radical.

Es una cinta interesante al mostrar aspectos de la cultura judía ortodoxa frente al matrimonio y las relaciones de pareja. Sin embargo, cuesta simpatizar con la protagonista, obsesionada con casarse sin importar con quién. La protagonista lo hace muy bien. Tiene encanto, carisma y gracia, tanto para el drama, como para la comedia. Pero cuesta mucho entender las motivaciones del personaje y el final resulta inverosímil, aunque durante toda la trama dan pistas para intuir qué pasará con la trama. Cuesta creer que efectivamente terminará de esa forma, aunque no sea un final gratuito. Tal vez a una persona judía ortodoxa esta trama no le genere tantas dudas y recelos.

Es de esas películas que logra convertir a las escenas de acción en arte. Todo juega a su favor: la música, el color, los decorados, el lugar, la destreza física de sus protagonistas... Charlize está bárbara. Lo da todo para el personaje: es bella, es inteligente, es ruda y nada predecible. McAvoy acompaña bien, pero a Boutella no creo que le hayan sacado el mejor provecho. Se merecía una escena de acción. Una mención especial se la merece Berlín. Lograron captar el clima de tensión, creatividad y efervescencia social que se respiraba antes de la reunificación alemana. Berlín es la otra gran protagonista de la cinta.

Tiene momentos divertidos y un nivel muy superior al de la película original, la mexicana No se aceptan devoluciones. Claramente Omar Sy a nivel de talento y encanto está a años luz de Eugenio Derbez. Sin embargo, mantiene lo poco creíble de la historia y los golpes bajos.

Muy buena cinta, que se hace preguntas claras y precisas sobre el fracaso comunista en Europa del Este, al mostrar la historia de una profesora checoslovaca, que abusa de su poder sólo por tener contactos en Moscú. La película es una recreación fiel de la época, muy bien actuada. El trabajo de la protagonista es brutal, porque logra intimidar sin perder nunca los buenos modales.