Goku y Vegeta se encuentran con Broly un guerrero Saiyan distinto a cualquier otro guerrero que ambos hayan enfrentado en el pasado.
Sin dudas, de lo mejor que se hizo de Dragon Ball. Tiene todo lo que a los fanáticos les gustó siempre del anime: Grandes peleas, momentos divertidos y escenas memorables. Pero no se queda solo con eso. También se nota una madurez con respecto a otras películas de la saga y le dedica una buena parte de la película al desarrollo de una historia y de los personajes. Comparándola con otras películas quizás este desarrollo no sea la gran cosa, pero para una película de un anime de peleas es algo muy valorable. Una de las cosas que más criticaba de las películas clásicas de Dragon Ball era que solo llegaba un enemigo nuevo e iban directo a las peleas. Ojalá la franquicia siga por este camino.