Esto favorece a la programación de las películas de cine arte, que se están enfocando de lleno en el formato para poder ahorrar costos en la distribución de las mismas.
También favorece a la calidad de las películas que logran una proyección similar a sus países de origen. En el caso de Europa sus producciones se están estrenando mayormente en digital, porque dichos países están casi al 100% de la digitalización.