Depredador: Tierras Salvajes

En los años 80 —y también durante la década siguiente— hubo un fenómeno muy particular en las producciones infantiles de animación.

De repente llegaron a la televisión personajes que provenían de películas violentas, como Rambo, RoboCop, Conan, Swamp Thing, El vengador tóxico y comedias con calificación R, como Locademia de policía.

Si viviste esa época, recordás las series y probablemente disfrutaste alguna de las colecciones de juguetes.

La nueva película de Depredador ofrece un material que podría haber integrado la típica serie animada de aquel período.

En esta oportunidad, con la intención de llegar a un público más familiar, Disney apostó a la infantilización de uno de los alienígenas más implacables de la ciencia ficción.

Si recordamos lo que hizo el director Dan Trachtenberg en la excelente Prey y la interesante antología Predator: Killers of Killers, queda claro que su nueva obra fue intervenida por el ratón Mickey.

El estudio despojó a Depredador de la habitual brutalidad de la franquicia, la tensión y las atmósferas de terror, para desarrollar una especie de coming of age humanista, donde un bicho adolescente intenta encontrar su propia identidad en un mundo hostil.

El resultado es una aventura que podría haber sido parte de las producciones de la compañía Filmation en 1988.
Es más, faltó que al final incluyeran la clásica moraleja de He-Man, del estilo:

“En la historia de hoy aprendimos que, si perteneces a una comunidad tóxica y violenta que te oprime, siempre puedes pedir ayuda. Tan solo tienes que animarte a expresar tus sentimientos y encontrarás un amigo a tu lado.
Inclusive si es un androide de inteligencia artificial. Ellos también están ahí para escucharte.
Recuerda: con el poder de la amistad no hay tribulaciones que no puedas superar. Hasta la próxima.”

Si te gustó Prey y sos fan de la saga, te querés matar cuando ves lo que hicieron con este bodrio, porque se nota que es un producto intervenido donde desapareció la voz de autor de Trachtenberg.

El problema no pasa por la ausencia del contenido gore, sino porque el enfoque narrativo que escogieron para desarrollar la premisa no conecta con la identidad de la saga.

Además de humanizar al bicho, incluyeron un contenido humorístico más cercano a The Mandalorian y Guardianes de la Galaxia, que poco tiene que ver con los trabajos previos del director.

Hay algunas escenas incómodas donde el Yautja pena por el rechazo de su padre.

En este contexto, Trachtenberg hace una tarea sobrehumana para trabajar con creatividad la acción frente a las restricciones que le impuso el estudio.
Las masacres y mutilaciones humanas, en esta oportunidad, fueron reemplazadas por monstruos de CGI y androides de Alien, que hacen más digerible la violencia para el público familiar.

En lo personal me aburrió bastante este film, y no ayudaron algunos baches narrativos donde se estanca la narración antes del clímax.

Dentro de su labor en la franquicia, esta es la película más floja y olvidable de la trilogía.

Reitero: la premisa de concentrarse más en la cultura de los Yautja es atractiva; el problema es el tono con el que se desarrolla el conflicto.
Este es un producto manipulado por la corrección política, donde se imponen las sensibilidades modernas a uno de los monstruos más brutales del género.

El bicho que quiere ser amado y su insufrible amiga robot (a cargo de una olvidable Elle Fanning) están bien para una serie animada infantil, pero después de Prey se esperaba un espectáculo más intenso y adulto.
En los aspectos técnicos tampoco es una producción inspirada: tanto las ambientaciones como las secuencias de acción apoyadas en CGI resultan penosamente genéricas.

Hay que tomarla como una película pensada para las audiencias modernas que nunca tuvieron interés por los filmes originales.

Tampoco hay que desgarrarse las vestiduras: si la mejor continuación que pudo brindar Disney de Rocketeer fue una serie animada para chicos de jardín preescolar, y este año convirtieron a los xenomorfos de Alien en mascotas domésticas de androides juveniles, ¿por qué los Yautja tendrían un tratamiento diferente?

Para otro segmento del público, la decepción pasa por el hecho de que los trabajos de Trachtenberg venían bien encaminados, y en esta entrega el ratón le copó la parada.

Lo peor que le podría pasar a esta franquicia es que Depredador: Tierras salvajes tuviera una gran recaudación el fin de semana, ya que condenaría la saga a más propuestas con este perfil.