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Visitante de Invierno es una apuesta del cine nacional al terror, un género que desde la últimas décadas fue ignorado por completo por el Instituto de Cine, a la hora de otorgar subsidios.
Teniendo en cuenta como se maneja el INCAA a la hora de apoyar producciones es todo un logro que esta historia se haya podido hacer.
Voy a ser honesto, creo que esta película está más cerca del thriller que del terror. Salvo que tengas seis años difícilmente encuentres aterrador este cuento.
A mi la historia no me terminó de convencer y la resolución del conflicto me pareció cualquiera, pero hay un montón de cosas para valorarle a la película y prefiero quedarme con eso.
Podría hacer una larga lista mencionando películas de terror norteamericanas que son auténticos desastres y al compararlas con Visistante de Invierno, la película argentina sale ganando.
En primer lugar creo que fue un acierto situar el cuento en un pueblo de la costa durante el invierno. Esos lugares fuera de la temporada veraniega pueden ser bastante aterradores,
además de deprimentes y para esta historia fue muy importante tener esa clase de ambiente.
En los últimos años por una cuestión de trabajo, no porque me apasione precisamente, he tenido que ver muchas películas nacionales, que en muchos casos, sólo fueron vistas por los familiares de los directores el día de la avant premiere y en la gran mayoría de los casos (especialmente en las óperas primas) el trabajo de los actores es horrendo.
Eso no ocurre con Visitante de Invierno y esta vez logré creerme por completo el laburo del reparto. La labor de Santiago Pedrero (Nadar Solo) es muy buena y los conflictos personales de su personaje creo que estuvieron muy bien laburados. También se destaca Sandra Ballestero como la sufrida madre del joven protagonista, quien sobresale en esta película.
Hay unas cuantas escenas violentas, que incluyen una decapitación tremenda, que están muy bien logradas y no se ven para nada truchas como he visto en tantos filmes de este género de distintos países.
Reitero, la conclusión de la trama no me gustó demasiado, pero creo que esta ópera prima de Sergio Esquenazi es una película decente. Los géneros del terror y suspenso son tremendamente difíciles de trabajar y requieren muchísimos esfuerzo de los realizadores y el elenco para brindar un producto digno que logre entretener.
He visto tanto bodrio argentino, donde en lugar de contar una historia, lo único que ofrecen son bodrios pseudointelectuales, que una vez que alguien apuesta a un film de género no puedo dejar de valorarlo.
La historia te puede gustar más o menos pero se nota que acá hubo un esfuerzo por hacer las cosas bien y eso es importante. Ojalá más directores se animen a debutar con una propuesta de este estilo y el INCAA no los raje a patadas cuando se presenten con un guión sobre asesinos seriales.