El sabor de la noche

El sabor de la noche es una historia no muy tradicional. Por lo que cuenta, y por la cantidad de buenos actores que aparecen en papeles secundarios
El protagónico cae en su totalidad sobre Norah Jones, y en ella me detengo. Si la película fue filmada linealmente, me arriesgaría a decir que el trabajo de Jones fue creciendo a medida que transcurrían las semanas de filmación
Si no fue así, es que uno se va acostumbrando a su interpretación. No es una Meryl Streep, pero si es un debut cinematográfico más que digno.
Muy bien por Jude Law, que es entre los segundos, el de mayor peso. Obvio ver a Natalie Portman paga el valor de cualquier entrada.
Lo que es maravilloso es todo el tema de la cámara y la fotografía de la película. Es deliciosa la calidad y el arte puesto por ese lado. No había visto trabajos de este director, y fue una hermosa sorpresa
El sabor de la noche sin lugar a dudas no es una película para la trasnoche, pero para ver una historia de amor poco convencional cinematográficamente hablando, y filmada con gran calidad, vale la pena.

El sabor de la noche es un blues de Wong Kar Wai, uno de los directores más fascinantes que surgieron de oriente en los últimos años, sólo que su canción se expresó a través del cine.
Esta película fue su primera experiencia en los Estados Unidos y el resultado es un film romántico excelente, que en mi opinión representa lo más interesante que llegó a los cines dentro del género últimamente.
Al igual que en sus trabajos previos, Con animo de amar y 2046, Wai vuelve a presentar un cuento donde no faltan las desilusiones sentimentales y los protagonistas vagan por la vida con el corazón roto, con la particularidad que esta vez, su propuesta parecería estar influenciada por la obra del escritor Jack Kerouac.
Estoy plenamente convencido que la elección de la Ruta 66 como uno de los escenarios principales del film no fue casualidad.
La gran sorpresa de este estreno es el trabajo de Norah Jones, la protagonista absoluta de la película, quien se destaca por su espontaneidad frente a las cámaras. Su trabajo es totalmente creíble y se desenvolvió genial en escenas que comparte con grandes actores como Jude Law, David Strathairn (Buena Suerte, Buenas Noches), Rachel Weisz y Natalie Portman.
Es muy loco que el director la haya tenido en cuenta como la primera opción para el personaje principal.
Lo que hace fascinante el cine de Wong Kar Wai es que es sus películas son experiencias visuales alucinantes que ofrecen trabajos imponentes en la fotografía, el diseño de producción y los vestuarios. El sabor de la noche no es la excepción y hay tomas de Nueva York, Memphis y la Ruta 66 que son fantásticas.
Algo que siempre me gustó de este director es que hace de la banda de sonidos de sus cuentos un instrumento más de narración. Es decir, las canciones que elige no suenan en vano como relleno de una escena, sino que expresan sensaciones o sentimientos de los personajes en momentos determinados.
Lo que hizo con la música de su último trabajo es mortal. Las canciones que se escuchan básicamente son temas de blues, jazz y country. La banda de sonido reúne en su mayoría temas de Ry Cooder, uno de los mejores violeros norteamericanos de todos los tiempos, un animal de la guitarra slide, Cassandra Wilson (quien interpreta “Harvest Moon” de Neil Young), Otis Reading, Mavis Staples y Gustavo Santaolalla, quien siempre se destaca con las guitarras acústicas.
Por supuesto, Norah Jones también incluyó una canción (“The Story”), que es el tema principal del film.
Me encantó esta película y la recomiendo a los que les interese disfrutar de una excelente propuesta romántica impecablemente realizada por un maestro del cine como es el señor Wai.