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Después de ese desastre horrendo que fue la remake de El Culto Siniestro, el director Neil Labute, un hombre muy respetado en el mundo del cine por filmes independientes como En compañía de los hombre, Tus amigos y vecinos y La enfermera Betty, regresó a la pantalla grande con una excelente incursión en el género del thriller.
Esta es una producción de Will Smith y no sería raro que en un comienzo él hubiera sido el protagonista. No lo tengo confirmado, pero es raro que haya dejado pasar como actor una historia como esta y la verdad que habría sido muy interesante verlo en el rol protagónico.
Vecinos en la mira tiene que ver sobre el racismo que es un cáncer instalado en los Estados Unidos desde tiempos inmemorables.
La particularidad del film es que se retrata el tema desde una óptica diferente, que por lo menos en el cine norteamericano no es moneda corriente.
En este caso, Samuel Jackson interpreta a un policía racista que decide hacerle la vida imposible a una pareja interracial, conformada por Kerry Washington ( Ray) y Patrick Wilson (Hard Candy) simplemente por el hecho que el marido de la mujer negra es blanco.
Jackson interpreta a un fascista con una notable convicción que se destaca como uno de los mejores trabajos del actor en estos últimos años.
El director Labute, quien no suele filmar thrillers, realmente sorprende con esta labor que tiene excelentes climas de suspenso.Es formidable como desarrolló con muchísimo realismo la tensión que surge entre los protagonistas.
Un conflicto de vecinos sin sentido que con el correr del tiempo empeora con situaciones cada vez más humillantes.
Si bien la trama principal ya lo vimos en otras películas como Obsesión Peligrosa (peliculón con Kurt Russell y Ray Liotta, que hace de policía lunático) son las subtramas relacionadas con el racismo que presenta Vecinos en la mira las que hacen al film interesante.
Labute ofrece un buen entretenimiento que te mantiene pegado a la pantalla, pero que además brinda una historia que permite su discusión la salida del cine.
Lo interesante de esta película es que no se trata de bueno contra villanos, sino que el cuento ofrece personajes humanos que no son perfectos y se ven envueltos en una serie de conflictos verosímiles.
Una muy buena película, que los seguidores de Samuel Jackson especialmente, no deberían dejar pasar.