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													Luego del escándalo Watergate que terminó 
          con su renuncia en la presidencia, Richard Nixon pasó 
          dos años alejado de la luz pública en los Estados 
          Unidos.
          En 1977, con el objetivo de limpiar su imagen en los medios, 
          ya que además estaba por publicar su autobiografía, 
          el ex presidente norteamericano le dio una serie de entrevistas 
          a un ignoto periodista inglés, David Frost, que conducía 
          programas de televisión en Inglaterra sin mucho éxito.
          El evento resultó una de las entrevistas políticas 
          más importantes realizadas en el siglo 20, que hasta 
          el día de hoy conserva el récord de audiencia 
          en los Estados Unidos y Europa.
          La película es una brillante adaptación de la 
          obra de teatro de Peter Morgan (guionista de El último 
          rey de Escocia y La Reina) que recrea estos eventos y que 
          en el 2006 protagonizaron en Londres, Michael Sheen y Frank 
          Langella como Frost y Nixon respectivamente.
          El director Ron Howard tomó la obra de teatro y a sus 
          protagonistas para contar esta historia a través de 
          un formato totalmente distinto que desarrolla con muchos detalles 
          todos los hechos relacionados con las famosas entrevistas.
          Howard es un artista que suele ser apaleado en los medios 
          de comunicación, en muchas ocasiones injustamente.
          A lo largo de su carerra como realizador el tipo hizo de todo. 
          Filmes pedorros como Las desapariciones y EdTv y grandes trabajos 
          como El diario, El rescate, Apollo 13 y El Luchador (Cinderella 
          Man , la de Russell Crowe).
          Frost/Nixon es uno de sus mejores trabajos. 
          Por suerte Ron tuvo el buen tacto de no convertir esta propuesta 
          en una obra de tetaro filmada para el cine.
          La película es un drama político que se desarrolla 
          como un documental ficticio donde se recrean estos eventos 
          ocurridos en los años ´70.
          Por lo general el reportaje, no importa quien sea el personaje 
          en cuestión, suele ser un gran juego de seducción, 
          donde un periodista apela a una serie de recursos para sacarle 
          todo el jugo posible al entrevistado.
          Sin embargo, como ocurrió en esta historia, la entrevista 
          también puede ser un interesante duelo intelectual.
          La visión de Howard es fantástica porque recreó 
          los hechos con mucho realismo, como si se tratara de un combate 
          de boxeo.
          Los protagonistas no se agarran a piñas pero discuten 
          ideas.
          Para David Frost la victoria por Knock Out representaba el 
          hecho que Nixon reconociera que había obrado fuera 
          de la Ley durante su mandato, mientras que para el político 
          su Knock Out estaba ligado al hecho de restaurar su imagen 
          ante el público.
          Uno de los puntos más atractivos para los que ya conocíamos 
          los hechos es la historia de Frost y todo lo que hizo para 
          sacar adelante este proyecto, que es algo que no se suele 
          tratar cuando se analiza su trabajo.
          El tipo entrevistaba a Nixon y al finalizar la sesión 
          salía con su maletín a tratar de conseguir sponsors 
          para el programa, por el que nadie daba un peso.
          Más allá de los excelentes investigadores con 
          los que contó en su equipo y su desempeño como 
          entrevistador, la manera en que se jugó por este proyecto 
          para sacarlo adelante es sumamente inspirador.
          El trabajo de Frank Langella es impresionante. La composición 
          del personaje a través de la expresión corporal, 
          es estupenda. Sus gestos, el modo de caminar, el tono de voz 
          son realmente fascinantes y hay que reconocer que el actor 
          logró convertirse en Nixon.
          También se destacan Oliver Platt y Sam Rockwell como 
          los colaboradores de Michael Sheen (Frost), quien finalmente 
          logró sobresalir en un rol protagónico.
          En el cine previamente lo pudimos ver a cargo de personajes 
          secundarios en filmes como La Reina (donde interpretó 
          a Tony Blair) e Inframundo.
          Frost/Nixon es una película apasionante e inteligente 
          que para mí se destaca claramente como la mejor propuesta 
          entre las nominadas al Oscar este año.
          Si hay justicia y los miembros de la Academia tienen dos dedos 
          de frente y dejan los melodramas snobs para los MTV Movie 
          Awards este estreno debería ganar la estatuilla más 
          importante.