B +
A Bob Marley le hubiera encantado esta película.
El Delfín es una propuesta animada familiar con una poderosa bajada de línea espiritual que se centra en el aliento a conseguir los sueños y las cosas que uno realmente desea en la vida a través de la introspección personal.
Es un film que trabaja con conceptos serios y profundos que tranquilamente podrías encontrar en las conferencias de pensadores espirituales como Deepak Chopra o Mooji.
La historia es una adaptación del libro best seller del escritor peruano Sergio Bambarén, que acá no se le da mucho bola, pero en el resto del mundo ha vendido muchos libros y tiene sus seguidores.
El Delfín es un cuento que claramente remite al clásico de Richard Bach, Juan Salvador Gaviota con el que comparte temas y mensajes similares.
La particularidad en este caso es que la obra de Bambarén logró llegar a la pantalla grande porque su autor decidió adaptar el libro con artistas independientes de su país.
Este cuento nunca hubiera podido ser desarrollado en Hollywood o por lo menos hubiera sido bastante modificado.
De hecho el autor sacó su libro por la vía independiente en 1995 ya que la famosa editorial norteamericana Ramdon House, que quería publicarla en un comienzo le exigía hacer un montón de cambios que afectaban la esencia de su obra
Algo similar le pasó al propio Richard Bach con la historia de la gaviota donde en los Estados Unidos fue tildado de anarco cristiano.
Philip Pullman con su maravillosa trilogía de La Materia Oscura (La Brújula Dorada) también sufrió algo similar.
Parece que en ese país todo lo que no conciba a Dios como el señor de barba blanca sentado un trono es peligroso.
En fin, creo que la mejor característica que tiene esta película es que es realmente honesta en el mensaje que expresa y cada espectador tiene la posibilidad de tomarlo o dejarlo.
Es una película complicada porque por otra parte representa la máxima pesadilla del gerente del marketing de un estudio de cine o productora cuyo único interés (y lo entiendo porque es su trabajo) es que el film genere plata.
¿Cómo vendés un film donde durante gran parte de la trama se la pasan hablando? Ni siquiera tenés una línea de mechandising que apoye el estreno.
Esto no es Wall E que crítica el consumismo con un mensaje ecologista al mismo tiempo que Disney te taladra la cabeza con sus productos disponibles a la venta a la salida del cine.
Estamos en contra del consumismo pero sostenemos nuestro imperio comercial gracias a eso.
“Crean en sus sueños, pero no se olviden de comprar nuestros dvds para navidad”.
Por eso banco a esta película que tiene intenciones honestas y expresa muy buenos valores.
Lo que hicieron con el villano, que no voy adelantar, por ejemplo, me pareció buenísimo.
Más allá de este punto además representa una gran evolución para el director peruano Eduardo Schuldt, responsable de Piratas en el Pácifico (2005) y Dragones: destino de fuego (2007).
Desde la animación el film es totalmente superior a esos títulos estrenados en nuestro país hace un tiempo.
Es impresionante como avanzaron desde Dragones con las técnicas de animación y los efectos especiales.
La película no tiene la producción de Pixar o Dreamworks, pero la calidad del dibujo es realmente muy buena y el progresó de Perú en este campo me parece importantísimo.
Hay escenas con el delfín barrenando la olas que en la pantalla grande se ven espectaculares y Schuldt supo combinar bastante bien los temas del libro con humor y secuencias de aventuras que expandieron un poco el argumento original y entretiene al público infantil.
Todo el mundo marino que construyeron y los numerosos personajes que crearon estuvieron muy bien elaborados y se nota todo el laburo y dedicación que hubo para brindar un producto digno. Bien por Perú.
Una muy buena propuesta familiar que vale la pena compartir con los chicos.