C +
Los crímenes de Oxford es una película bastante particular del director español Álex de la Iglesia, ya que en esta ocasión no ofrece una historia creada por él, como suele suceder con sus trabajos, sino que adaptó la novela Crímenes imperceptibles, del argentino Guillermo Martínez.
En la obra original, el protagonista era argentino y en el film lo cambiaron por un estudiante norteamericano que interpreta Elijah Wood.
Creo que el director aceptó dirigir la adaptación del libro porque le brindaba una buena posibilidad de divertirse con el género clásico del suspenso.
La película plantea un típico misterio, estilo Agata Christie, donde se comete un crimen y hay varios sospechosos que pueden ser los responsables.
La diferencia es que esta historia no le llega a los talones a ningún misterio de Agata, que salvo que un realizador distorsione la obra, las tramas son muy atrapantes.
Álex de la Iglesia arranca bárbaro presentando a los personajes y el crimen principal, pero después pierde el hilo del film con subtramas que tranquilamente se podrían haber evitado y no aportan nada al conflicto central.
Un claro ejemplo de ellos son las escenas de sexo entre Elijah Wood y Leonor Watling, que si quedaban en la sala de edición no modificaban para nada el desarrollo del conflicto o los personajes.
Con el transcurso del tiempo la intriga se pierde de a poco y las hipótesis matemáticas no colaboran demasiado en mantener al espectador interesado con lo que ocurre en la pantalla.
El trabajo de Wood y John Hurt es convincente, de hecho hacen una buena dupla, pero como thriller la película aburre bastante.
Creo que este es el primer film de Álex de la Iglesia que me resulta denso. Me quedó la sensación que el director junto al guionista Jorge Guerricaechevarría estuvo muy preocupado por contar una historia inteligente y se olvidaron de enganchar a la gente con buenos momentos de suspenso, que por lo menos logren que uno se interese por los personajes.
Cualquier episodio de la vieja serie inglesa Morse, que casualmente también tenía como escenario a la comunidad de Oxford es un millón de veces más emocionante y atractivo que esta incursión del director español en el género del misterio clásico.
No es para nada una mala película, pero definitivamente no se destaca entre lo mejor del realizador, quien tiene mejores trabajos en su filmografía.