Películas comentadas Volver al perfil publico

Una historia que refleja muy bien el calvario que pasan muchas mujeres para poder demostrar que son maltratadas por sus parejas y las implicaciones que esto tiene en la salud emocional de sus hijos. Las actuaciones están muy bien.

De esos thrillers llenos de sexo y ambigüedad que sólo hacer convincentemente los franceses. Es la historia de Chloe, quien sufre una serie de dolores físicos, que ningún médico puede resolver, por lo que es derivada a un psiquiatra, del que se termina enamorando. Ese psiquiatra parece tener un hermano (o no) con el que Chloe también se involucra sexual y psicológicamente. Es una historia entretenida, con situaciones muy perturbadoras, pero en un punto es predecible, porque parece algo ya visto. Vale la pena por las actuaciones. Marine Vatch logra componer una Chloe que desconcierta con su belleza y actitudes, mientras Jeremie Renier permite que sus gemelos sean tan distintos que asustan.

Tengo sensaciones encontradas con esta película: es muy divertida, muy poética, refleja muy bien la estética y el clima social de la época (París en el 68), así como las discusiones sobre el papel de los intelectuales en el cambio social, pero es difícil ver un retrato tan humano de un genio como Godard. El Godard de la cinta es tan encantador, como patético y manipulador. Es un tipo inseguro, que no sabe muy bien qué quiere, ni cómo lo quiere; sólo sabe que su cine debe abrazar la política de un modo más comprometido, lo que le va costar perder amigos, público y el respeto de cierta parte de la crítica. La relación con su joven esposa es por momentos misógina y violenta.

Típica película de Philippe Garrel, donde lo importante es lo que los personajes se dicen, no cómo se ven, ni el entorno que los rodea. El que los personajes siempre vistan igual y las locaciones casi que ni muebles tengan, unido al blanco y negro de las imágenes, da una sensación de simpleza absoluta, que contrasta con la complejidad de los sentimientos movilizados. La historia trata de un profesor universitario que, sin proponérselo, termina conviviendo con su amante y su hija, ambas de la misma edad. La película va de las conversaciones entre padre e hija a las conversaciones entre las dos chicas, siempre teniendo como eje el amor y la vida en pareja. Debería conmover, pero no lo logra.

Una cinta muy entretenida, que demuestra que los Hermanos Russo son los que mejor entienden el universo Marvel. No sólo logran fenomenales secuencias de acción, sino que logran limitar al máximo el humor sin ponerse demasiado trascendentales. El ritmo se mantiene a pesar del metraje, cada personaje tiene su momento de esplendor y lograron hacer de un villano computarizado un personaje lleno de matices y sorpresas. Mi único pero es que, sin duda, no es una cinta que se sostenga por sí misma. Depende demasiado de haber visto las anteriores y deja la acción en punta, en espera del próximo capítulo.

Como todas las películas rumanas, no es una historia fácil. La película narra, de una manera tan lenta que logra reflejar la agonía del protagonista, la desaparición y búsqueda de una pequeña niña, que se esfumó en un transitado parque, a plena luz del día y a escasos metros de su padre y hermano. El protagonista es ese padre que ve trastocada su existencia en cuestión de segundos. Ya nada será igual para él: ni su casa, ni el parque, ni la relación con su mujer, ni el trato con sus amigos, ni su mirada sobre los extraños. Pero sobre todo cambiará el valor del tiempo. No es una película sencilla, ni es para todo el mundo. Es una experiencia dura, sensible y agotadora.

Es la típica película para adolescentes, donde un personaje lleno de angustia logra concretar su primer amor dentro de un entorno privilegiado de clase media estadounidense, que precisamente por ser privilegiado es sumamente permeable al acoso y la discriminación. Y allí reside el valor de la película: que saca a la homosexualidad de entornos marginales y la muestra como una situación que cualquiera puede vivir, incluso los chicos blancos y atractivos,como Simón, que tienen padres presentes, cariñosos y muy unidos. No es una película original en sus formas (narración, puesta en escena, actuaciones...), pero sí en su mirada sobre la homosexualidad y por eso resulta valiosa.

Es una buena película, no sólo porque Gloria Grahame era un personaje muy interesante en sí mismo, sino también por la forma cómo está contada: las actuaciones son muy parejas, la época está bien recreada y la relación de los personajes se narra de a poco, sin que eso implique lentitud o aburrimiento. La recomiendo para aquellos que sepan quién fue Gloria Grahame, disfruten las historias sobre estrellas clásicas de Hollywood o simplemente quieran ver un romance atípico contado con mucha sensibilidad.

La película vale la pena por la interacción entre Seigner y Green, pero resulta olvidable. La cinta se mueve, sin éxito, entre dos tipos de historias que ya se han visto antes y mejor logradas. Por un lado, parece el típico relato del artista permanentemente cuestionado por un admirador obsesivo, que le pide hacerse cargo del amor que inspira. Y por otro lado, la del personaje sumamente traumatizado, cuyo dolor se convierte en una persona que lo seduce, lo acosa y lo intenta destruir. En el primer caso, el desquiciado es el fanático. En el segundo, el protagonista. Es entretenida y perturbadora, pero termina defraudando al espectador.

Es entretenida, pero está llena de personajes y subtramas que poco aportan. El drama familiar resulta predecible y conmueve poco. Hubiera podido ser una gran obra si se hubiese concentrado en la generación de atmósferas.