Películas comentadas Volver al perfil publico

No sé si Strauss-Kah es exactamente como Depardieu lo interpretó, pero sí creo que no está tan alejado de la realidad, porque esencialmente se trata de un hombre con poder. Y el poder desmedido vuelve a las personas tontas y básicas, aunque sean brillantes en otras actividades. La película es por momentos grotesca con ese Depardieu gordo que todo lo hace en exceso: beber, comer, cog... No es un tipo agradable cuando está en una posición en la que puede abusar de su poder. Creo que es una película que habla sobre eso: sobre los abusos del poder. No quiere ser una biografía exhaustiva, tampoco busca ser entretenida o poética. Es chocante como el tema que trata.

Es una película rara porque el personaje principal es raro: su vida perfecta está en crisis por una desazón interna, que no logra explicar ni resolver, que solo va en aumento.Es algo que va más allá del cansancio de su vida burguesa. Ese sentimiento lo hace entablar una relación poco convencional con una chica tan compleja como él. Entre ellos no hay sexo y tampoco parece que amor, pero sí una fuerte conexión que los demás no entienden. No es una película que resuelva los conflictos planteados, más bien demuestra la imprevisibilidad de los mismos.

Aunque la película es predecible, no deja de ser entretenida y tiene el gran mérito de que reconstruye de una manera seria no sólo la pesonalidad de Escobar, sino también el entorno que lo rodeaba, lo cual no pasa mucho en Hollywood, donde te ponen montañas en Villa Gesell o palmeras en Bogotá. La producción hizo un trabajo serio y responsable con la ambientación, aunque la historia parta de hechos de ficción: ni el surfista, ni esa sobrina de Escobar, ni el asesino Drago existieron. Creo que no generó tanto ruido precisamente por la existencia de la serie, que es mucho más fiel a la historia, pero comete el error de hacer demasiado simpático a Escobar. Benicio es más equilibrado.

Bella película con un tema que se ha visto abordado antes, pero que acá te ayuda a ver los distintos modelos familiares que conviven dentro de la sociedad japonesa, aún marcada por conceptos como el honor, la disciplina, la tradición... El protagonista principal, obsesionado por el éxito profesional, se desplaza por varios mundos y en todos tiene problemas de comunicación, aunque no los sienta como tales. Esa problemática típicamente moderna hace que la historia, aunque suceda en el lejano Japón, no se sienta distante. Es un personaje cercano a cualquier contexto.

Es de ese tipo de historias que crees haber visto antes, con otros actores, en otros escenarios, pero que en este caso funciona por los actores. Todos y cada uno de ellos están bien en sus personajes, no sólo Bill Murray haciendo de Bill Murray. Solo por su escena en los créditos finales vale la pena la entrada. La que sin embargo sorprende, para mi gusto, es Melissa Mcarthy, que logra un personaje que hace humor desde un lugar más sutil y sensible. No apela tanto a lo físico o a la exageración. No es una película excepcional, pero te hace pasar un buen rato.

Es una lástima que una película como ésta se vea empañada por un subtitulado espantoso: palabras mal escritas, verbos mal conjugados, palabras inexistentes, preposiciones incorrectas... La película plantea la cuestión de si un prisionero de guerra es capaz de perdonar a su torturador, si es posible la reconciliación. La película aborda un suceso de la segunda guerra mundial que ya se había contado en la aclamada y majestuosa Un puente sobre el río Kwai, pero concentrándose en las consecuencias emocionales que deja el cautiverio no sólo entre los soldados tomados como rehenes, sino también en uno de sus captores. Las actuaciones están muy bien y la película no pierde ritmo.

Es una película bastante divertida sobre las dificultades de un hombre de casi cuarenta para madurar y aceptar los fracasos de la vida. Aunque esté perdiendo el pelo, Cristóbal se comporta como un adolescente, lo que desespera a toda su familia. La película es también un recorrido por la vida nocturna de Santiago y los distintos seres que la habitan. El final logra que Cristóbal deje de ser simpático y pase a ser patético. Para comodidad de los espectadores, la película está subtitulada.

Aún no entiendo por qué algunas películas no salen en el listado de estrenos de la semana, como pasa con ésta, que ganó la competencia latinoamericana del festival de mar del Plata. No es una película fácil de entender y que guste a todos. Es un documental distópico, que se basa en un suceso real ocurrido durante los años 80: la represión policial a las fiestas funk que se hacían en los suburbios pobres de Brasilia. Los protagonistas del documental fueron víctimas de esos sucesos y los cuentan de un modo que mezcla ficción, música y humor pesimista. Brasilia es presentada como una ciudad fascista, que vende una imagen que no es real y que tiene todos los ingredientes para volverse peor.

No lo vamos a negar: tiene personajes pensados para ser queridos y tiene situaciones diseñadas para ser lloradas. Aunque sigue presentando a Estados Unidos como la tierra de la libertad y las oportunidades, me sorprendió que es bastante realista al mostrar las deficiencias de los programas de ayuda humanitaria a los refugiados, así como las políticas cambiantes del gobierno estadounidense y dificultades de adaptación a la cultura de aquel país, que también tiene aspectos cuestionables como el desperdicio de comida. Es predecible, pero es mucho mejor de lo que esperaba. Es una linda película.

cruda, dramática, cómica, poética. Es una película difícil de clasificar, con una final que no deja a todos contentos. Dice mucho con dialogos que parecen quedar inconclusos. me parece que refleja el estado de ánimo irlandés hacia la iglesia católica. La creencia convive con el desprecio hacia la institución. Las reformas no han sido suficientes para apaciguar el dolor de los crímenes pasados. Los personajes son como la iglesia: sufren, pero no quieren cambiar y guardan silencio frente a las injusticias. Han pedido parte de su humanidad.