A -
Para que andar con vueltas, este regreso contundente de Indiana Jones a los cines representa la mejor película pochoclera que hizo Steven Spielberg desde Jurassic Park.
El Reino de la Calavera de Cristal no sólo es una celebración del pochoclo, sino también del cine de aventuras clásico de Hollywood.
Después del fiasco pseudo revolucionario de los Hermanos Wachowski (Meteoro) es fabuloso volver a encontrarse con un film que ofrece secuencias de acción y aventuras que emocionan, te mantienen pegado a la pantalla y permiten hacernos creer que Indiana no se jubiló.
Afortunadamente Spielberg y George Lucas trabajaron gran parte de esta película con el estilo de la vieja escuela. De acuerdo al director, sólo un 30 por ciento de los efectos especiales fueron realizados con las técnicas de animación computada, que es una cifra bastante baja para lo que son en la actualidad este tipo de propuestas. De hecho, hay varios momentos de este film que parecen haber sido filmados en los años ´80.
Si bien los 19 años que pasaron, desde que se estrenó La última cruzada se notan en Harrison Ford, hay que reconocerle al tipo que todavía le da el cuero para interpretar a Indiana y no cayó en el ridículo.
De todas formas, si hay algo que hace especial a este film es la edad del personaje. El hombre del sombrero no es el mismo de hace 20 años y eso hace más humano al héroe, ya que no todo le sale siempre a la perfección como en las entregas anteriores.
Con respecto a la acción, Spielberg brinda escenas realmente espectaculares a lo largo de la película, donde se destacan principalmente dos persecuciones largas alucinantes! Especialmente la segunda que transcurre en la selva y es maravillosa.
Hace mucho tiempo que el director no se lucía en el cine con secuencias de ese tipo.
La novedad de este cuarto capítulo es la incorporación de Shia LaBeouf (Transformers), quien tiene muy buena química con Ford y en esta historia se convierte en el compañero principal de Indiana. El chico es gracioso y su personaje no es para nada tedioso, sino que por el contrario genera empatía gracias a la relación que el joven actor entabló con el protagonista principal.
Algo inesperado resultó el regreso de Karen Allen, la novia de Indiana en el primer film (o el segundo si se mira la serie de manera cronológica, ya que Los cazadores del Arca Perdida es en realidad la secuela del Templo de la Perdición) que Spielberg resucitó para esta película.
El Reino de la Calavera de Cristal, además de situar a Indiana en los finales de la década del ´50, donde los principales enemigos ahora son los rusos, presenta un conflicto bastante bizarro. Claramente es la historia más volada de todas y en esta ocasión las aventuras de Jones se encaminaron por otro rumbo, que no tiene nada que ver con la mitología bíblica.
Prefiero no entrar en detalles en este comentario.
Lo único que le objeto a esta secuela es la ausencia de un villano decente. Kate Blanchett es una actriz excelente, pero el rol de enemigo de Indiana Jones le quedó muy grande.
Es más, al principio creí que ella iba a ser la mano derecha de un villano importante que tardaba en presentarse, pero eso nunca llegó a ocurrir.
Harrison Ford se enfrentó en el pasado a villanos mucho más grossos y por lo menos a mí el personaje de la rusa Irina Spanko no me terminó de convencer.
En fin, celebro este regreso de Indiana en el cine que brinda dos horas fabulosas de cine pochoclero a pura aventura y que se disfruta de la primera a la última escena.