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													Después de ver la película queda claro porqué 
          Quentin Tarantino pidió que quitaran su nombre de los 
          créditos y se retiró de la producción 
          de este film.
          Elmore Leonard (Rum Punch, El tren de la 3:10 a Yuma) es en 
          mi opinión uno de los autores de novelas policiales 
          más brillantes que se pueden disfrutar en la actualidad 
          junto con Michael Connelly y James Ellroy.
          Las obras de Leonard presentan excelentes thrillers muy bien 
          construidos que son un material perfecto para producir en 
          el cine buenas películas.
          Claro que para esto es necesario respetar el trabajo del escritor.
          Leonard se consagró en el género no sólo 
          por su dominio del suspenso, sino por su maestría a 
          la hora de crear diálogos desopilantes e ingeniosos 
          que muchas veces se contraponen con las situaciones tensas 
          y oscuras que se desarrollan en sus novelas.
          No existe una sola película de Tarantino donde el director 
          no le haya rendido tributo a Leonard.
          El cineasta nunca tuvo problemas en reconocerlo y los diálogos 
          de sus filmes están totalmente influenciados por el 
          laburo de Elmore.
          El ave negra (traducción pedorra si las hay, ya que 
          Killshot sonaba mejor) es una muy buena historia que tenía 
          todos los elementos para brindar una gran película 
          de suspenso.
          Lamentablemente los productores se equivocaron a la hora de 
          delegarle la adaptación al guionista Hossein Amini 
          (Las cuatro plumas), quien no supo retratar el arte de Leonard 
          en el cine.
          El film es un resumen de la novela con la particularidad que 
          convirtieron la historia en una típica producción 
          hollywodense.
          Creo que el rumbo que tomaron con el guión y la dirección 
          tuvo mucho que ver con la partida de Tarantino de la producción. 
          
          La relación entre Thomas Jane y Diane Lane, quienes 
          interpretan a los protagonistas, fue totalmente distorsionada 
          al presentarlos como una pareja en proceso de divorcio, algo 
          que cambió por completo el curso de la historia.
          El director John Madden (otra mala elección), responsable 
          de Shakespeare Apasionado y La Mandolina del Capitán 
          Corelli brinda un film totalmente carente de emoción, 
          donde se nota que aceptó este trabajo por el cheque 
          y no porque le interesara la historia.
          Los personajes secundarios que en el libro estuvieron muy 
          bien desarrollados, en la adaptación les quitaron importancia 
          y en algunos casos los eliminaron por completo, como sucedió 
          con el trabajo de Johnny Knoxville que ni siquiera aparece 
          en el film.
          Sus escenas quedaron en la sala de edición. 
          Es una lástima porque un thriller intenso y bien narrado 
          en la literatura, en el cine quedó convertido en una 
          película convencional de buenos contra malos.
          Mickey Rourke es lo mejor de este estreno, cuya interpretación 
          del asesino 
          a sueldo Armand Degas es lo más logrado de esta adaptación. 
          
          La película no es desastrosa y dentro de todo entretiene, 
          pero es necesario destacar que no le hace para nada justicia 
          a la novela de Elmore Leonard que es un muy buen policial.