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Lore en un principio parece un dèjá vú cinematográfico.
A los diez minutos de comenzada la historia enseguida te das cuenta que ya viste relatos de este tipo centenares de veces.
Otro drama sobre la Segunda Guerra Mundial que despliega un catálogo de miserias humanas e historias de vida deprimentes. Un género muy desgastado donde es difícil a esta altura encontrar propuestas que sean realmente interesantes.
Sin embargo, con el desarrollo de la trama, Lore resulta ser un film atractivo por la interesante perspectiva con la que se abordó la temática que trabaja. La película es una adaptación de la novela "El cuarto oscuro", de Rachel Seiffert, y tiene como protagonista a la hija de un oficial nazi, interpretada por la debutante Saskia Rosendhal.
Al finalizar la guerra su familia se desmorona y se ve obligada a huir junto con sus hermanos pequeños hasta Hamburgo, donde la espera un recorrido de ochocientos kilómetros.
Lore, quien fue educada en las Juventudes Hitlerianas, no termina de comprender que Hitler está muerto y Alemania fue derrotada por las fuerzas aliadas. En el viaje hasta la casa de su abuela, la propaganda nazi con la que fue criada y su ideología entran en conflicto con la realidad que se vive en un país devastado por la guerra.
Al tomar contacto con el infierno en que se convirtió su hogar, la protagonista descubre de a poco que la vida no era todo blanco y negro como le habían inculcado en su familia.
El film luego entra en el terreno del denominado subgénero "coming of age", donde la madurez y el despertar sexual del personaje principal adquieren mayor relevancia en el conflicto. Un aspecto del argumento que se podría haber evitado, ya que resultó algo forzado dentro de la odisea que enfrenta la protagonista junto a sus hermanos.
Cabe destacar la interpretación de Saskia Rosendhal, quien no contaba con grandes antecedentes en la actuación. El personaje de Lore a lo largo del film atraviesa por distintos estados emocionales que una actriz sin talento no hubiera podido sostener. Para ser su primera experiencia en un rol protagónico esta chica hizo un gran trabajo y seguramente la veremos más seguido en los próximos años.
Desde la realización, el trabajo de la directora Cate Shortland estuvo claramente influenciado por el cine de Terrence Malick, algo que se puede percibir en la estética de la fotografía, el uso de la música y los infaltables planos a la hojas que se mueven por el viento.
La puesta en escena de Lore claramente evoca a los trabajos recientes del cineasta norteamericano, muy especialmente a El árbol de la vida.
Al margen de este cuestión, este es un buen drama cuya mayor virtud residió en presentar una perspectiva inusual dentro de un tema que cuenta con numerosos antecedentes. Una buena razón para tenerla en cuenta.