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En un año nefasto para la filmografía live action de Disney, donde no hubo grandes ideas creativas, la continuación de Maléfica sin ser una película memorable al menos tiene la cortesía de no ofrecer un espectáculo teatral filmado para el cine ni una bochornosa copia carbón sin alma de un clásico de la animación.
Quienes disfrutaron la primera entrega seguramente quedarán satisfechos con la nueva producción que corrigió algunos defectos del film estrenado en el 2014, mientras que aquellos que la detestaron no cambiarán de opinión luego de ver esta propuesta.
El film del director noruego Joaquim Ronning, responsable de la última entrega de Piratas del caribe y Kon-Tiki, retoma el concepto estúpido de convertir a Maléfica, una de las grandes villanas históricas de esta compañía, en una superheroína genérica de los cómics.
En el nuevo film directamente pide a gritos su ingreso al Universo Marvel donde tranquilamente podría sumarse al equipo de los Avengers.
El problema con la Maléfica/Supergirl, interpretada por una anestesiada Angelina Jolie en piloto automático, es que arruina todo lo que hacía interesante al personaje, además de contradecir el propio título de esta producción.
"Maestra del mal".
A lo largo del relato no se percibe en la protagonista ningún rasgo en su personalidad que permita asociarla con el mal o como una figura intimidante.
Por el contrario, Maléfica se desenvuelve como una justiciera social que protege a las criaturas mágicas y busca vivir en paz y armonía.
Esa villana aterradora y misteriosa de la versión animada terminó arruinada con un guión mediocre que no le aporta nada interesante a este cuento.
Una historia diferente hubiera sido si se reinterpretaba la historia de La bella durmiente desde la perspectiva de la villana sin distorsionar su rol en el conflicto, pero en estos filmes proponen convertirla en una heroína de cómics aburrida y el concepto no termina de funcionar.
Pese a todo, el nuevo capítulo corrige algunas cuestiones fallidas que había tenido la producción previa.
Elle Fanning, quien estaba limitada al rol de la damisela en apuros pasiva, en esta continuación tiene un rol más activo dentro del conflicto principal.
La princesa Aurora sigue siendo un bodrio pero al menos la actriz le puso un poco más de onda a su interpretación y consigue que el personaje tenga un rol digno.
Lamentablemente no mejoró su suerte con el nabo del príncipe Phillip, quien pese a ser interpretado por otro actor (Harris Dickinson) no consigue establecer con ella una pareja romántica con química.
En esta película intentaron explorar un poco más la cultura de la que proviene Maléfica, un tema que hubiera tenido su potencial si hacían el mínimo esfuerzo por desarrollar ese aspecto de la trama.
Sin embargo, la idea luego queda en la nada y todo se centra en una guerra boba entre humanos y hadas que cierran de un modo chapucero.
Michelle Pfeiffer con el esfuerzo de una remadora olímpica es la que le inyecta un poco de energía a esta continuación y logra que los espectadores adultos no caigan en los brazos de Morfeo.
En lo referido a los aspectos más técnicos es justo reconocerle a esta producción la labor que hicieron con los efectos especiales y los diseños de las criaturas de fantasía.
Las horrendas hadas insectos al menos esta vez no se ven como monigotes de animación computada y en general dentro de esos campos Maléfica 2 es una película superior a la entrega previa.
Salvo por esa cuestión no hay mucho más para resaltar.
En resumen, una película live action de Disney un poco más decente que los últimos títulos que estrenaron, cuyo destino será el olvido.