Las proyecciones para la prensa (llamadas privadas en la jerga) suelen ser siempre iguales. Somos las mismas cuarenta personas que nos vemos las caras casi todos los días.
Están los clichés de siempre: el que se queda dormido, el que llega muy tarde o se va antes de que termine y el gran clásico ataque hacia la mesa de las medialunas donde hay colegas que se agarran bastantes y las meten en sus carteras. Pero ese es otro tema…
De vez en cuando ocurre algo atípico: un retraso en la proyección por simulacro de incendio o porque la distribuidora no mandó la llave para el DCP. Temas menores.
En mis casi ocho años de asistir a estas funciones lo más loco que había vivido era un corte de luz a minutos de finalizar o que el director de la película proyectada se encuentre en la sala como uno más y luego oír quejas de colegas al respecto por sentirse “intimidados”. Todo cambió en la proyección de prensa de Jauja que por lejos se ha convertido en legendaria.
Resulta que antes de entrar a verla me comentan que la película está hablada en español y en danés, pero que las escenas en ese idioma no estaban subtituladas.
Pensé, al igual que muchos, que era una decisión artística dado a que es algo que sucede en varias películas.
La realidad era que se entendía todo bastante bien porque los dos idiomas se mezclaban y con la acción uno deducía el resto.
Ahora bien, promediando el final del film hay una escena extensa entre Viggo Mortensen y otro personaje donde lo único que hacen es hablar un largo rato dentro de una cueva, pero en danés.
Algo olía raro, y cuando dicha escena termina se corta la película, se prenden las luces y entra corriendo una persona: Viggo Mortensen.
“Hola, soy Viggo, nos acabamos de enterar que estaban viendo la película sin subtítulos y les quiero pedir disculpas porque no se entiende un carajo”, dijo el actor de manera muy graciosa y fue aplaudido por los presentes (los mismo colegas de siempre y muchos otros e invitados dado a que luego habría una conferencia de prensa con el protagonista y el director).
“Les quiero agradecer por haberse quedado y les pido si pueden quedarse aún más así proyectamos la película otra vez pero subtitulada”, continuó el actor y cuando terminó de decir esto varios periodistas comenzaron a quejarse y el director Lisandro Alonso (que también se hizo presente) le salió al cruce a un colega de manera bastante fuerte: “Si querés te explico la película y te cuento el final”, sentenció
El clima estaba tenso.
Todo se resolvió proyectando el film desde la infame escena en la cueva hasta el final (unos 15 minutos) dado a que lo anterior se entendía.
Lo más gracioso de todo y lo que quedó rebotando en la cabeza de muchos fueron las últimas palabras del actor antes de que la cinta empezara a correr nuevamente: “De todos modos con subtítulos tampoco se entiende una mierda”, dijo con un clarísimo acento porteño.
Una afirmación que mantuvo durante la conferencia y donde el director lo miraba con cara de odio.
Fuentes de Cinemark Palermo (lugar del hecho) le comentaron a este cronista que habían recibido la copia el fin de semana y que avisaron a la distribuidora que no tenía subtítulos.
La distribuidora no dijo nada al respecto por lo que se asumió que así era como tenía que ser exhibida. Sin embargo alguien cercano a la producción aclaró que iba subtitulada pero nadie se hizo eco…
Finalmente llegó el día de la privada y a los 80 minutos de la proyección llegan Alonso y Mortensen y piden parar la proyección cuando se enteran de lo ocurrido.
Incluso el director discute de manera muy fuerte con una de las autoridades del cine a tal punto que le dicen que se calme.
Alonso increpó a la gente de Cinemark alegando que tenían problemas con el proyector, y la bola iba de un lado para el otro y nadie se hacía cargo.
Mientras tanto descargaron una versión adicional (con subtítulos) que es la que finalmente se proyectó pero no entera sino los últimos 15 minutos a pedidos de los periodistas.
Luego vino la conferencia de prensa donde el buen Viggo no habló bien del film y donde también casi todas las preguntas giraron en torno al tema subtítulos, y que el film aún así no se entendía.
La mañana terminó con una anécdota que será relatada y magnificada por años.
Matías Lértora