Una película que logró mantenerse 14 años en cartel no es catalogada como fenómeno de culto por casualidad.
Desde su estreno en el 2003 The Room, cuya filmación se recrea en The Disaster Artist que se estrena esta semana en la Argentina, no paró de exhibirse en las funciones de medianoche en varias ciudades de los Estados Unidos.
La historia fue tan mala y desopilante que eventualmente se convirtió en un placer culposo para disfrutar entre amigos.
Las actuaciones exageradas de Wiseau y un guión paupérrimo que carece de sentido hicieron que esta propuesta encontrara numerosos seguidores entre los amantes del cine bizarro.
Cuando se estrenó en el país del norte la película recaudó apenas 1800 dólares y la prensa la aniquiló. Sin embargo, el boca en boca entre el público y la edición en dvd generó que la gente volviera a los cines a disfrutar el disparate de Wiseau.
En la actualidad el merchandising de The Room ofrece el muñeco de Johnny, el personaje principal interpretado por el propio director, que incluye las frases más famosas de la película.
Ahora bien, lo interesante de estos hechos es que en plena era de internet no se sabe absolutamente nada de la vida de Tommy Wiseau. Un millonario excéntrico con aires de grandeza que tenía el sueño de ser artista y trae al recuerdo el caso local de Ricardo Fort.
La diferencia es que el empresario argentino como actor era el sucesor de Marlon Brando comparado con Wiseau y esto no es un chiste.
Hasta la fecha se desconoce el verdadero origen de Tommy, quien dice haber nacido en New Orleans pese a que su acento europeo indica lo contrario. De acuerdo a su amigo y co-protagonista de The Room, Greg Sestero, el realizador habría nacido en algún país de Europa Central en los años ´50, aunque Tommy asegura en la actualidad que tiene cuarenta años.
El otro misterio es la procedencia de su fortuna. De dónde sacó el dinero para vivir como un millonario y poseer varias propiedades es algo que nadie pudo revelar.
En un momento surgió la versión que Wiseau estaba conectado con la Mafia y el ambiente del crimen organizado pero el actor Sestero que convivió con él se encargó de desmentirlo. Todas estas cuestiones no hicieron otra cosa que aumentar la popularidad de un personaje muy especial que no tenía precedentes en el mundo de Hollywood.